Montes Submarinos: El fondo de Galápagos

Por Paula Tagle
04 de Junio de 2017

“Este estudio de varios años tiene como objetivo establecer una línea base que actúe como punto de referencia para monitoreo de posibles futuros cambios en el ecosistema”.

Envolturas de huevos de una raya (Batyraya spp.) de aguas profundas.

El que existan montes submarinos no debería sorprendernos. Vivimos en un planeta tectónicamente activo y lo que observamos en la superficie continental ocurre igualmente en los fondos oceánicos. Hay cañones, islas que aún no emergen, otras que colapsan, dorsales oceánicas en la intersección de placas que se separan, una miríada de formaciones que hoy podemos conocer a través de estudios de batimetría e imagen satelital.

Lo que sí es un misterio por descubrir son las criaturas que habitan estos mundos elevados y bajo el mar.

La Oceanografía define a los montes submarinos como estructuras independientes que se levantan al menos 1.000 metros sobre el fondo oceánico. Sus picos pueden estar desde unos cientos hasta miles de metros bajo la superficie del mar. Basados en esto, suman más de 60.000 en el planeta, la mayoría en el océano Pacífico, de los que menos del 0,5% han sido estudiados.

En Galápagos se estima que existen aproximadamente 350. Apenas se los ha empezado a investigar a partir de 2015 con el proyecto Montes submarinos de la Reserva Marina de Galápagos, ejecutado por la Fundación Charles Darwin en conjunto con la Dirección del Parque Nacional Galápagos.

Este estudio de varios años tiene como objetivo establecer una línea base que actúe como punto de referencia para monitoreo de posibles futuros cambios en el ecosistema de los montes submarinos. Se contempla análisis de imágenes, identificación de fauna profunda marina y participación con la comunidad local en campañas educativas.

Patricia Martí Puig, Ph.D. en biodiversidad y evolución, es líder del equipo de científicos de la Estación Charles Darwin dedicados a este proyecto. Más bien debería decir dedicadas, porque son seis mujeres de distintas nacionalidades que analizan los datos de las diferentes campañas de exploración en colaboración con varias instituciones e investigadores del mundo.

“Los montes son barreras físicas que afectan el flujo de las corrientes, esto puede contribuir a incrementar los nutrientes que alimentan a muchos organismos marinos, por eso atraen también el interés de los humanos”, sostiene Patricia en una charla a la que asisto. Mientras expone, presenta un video tomado por un vehículo operado a control remoto de la nave Nautilus, alrededor de los montes submarinos de Darwin y Wolf, entre los 400 y 3.500 metros de profundidad. Descubro criaturas pintadas con colores indescriptibles, en púrpura azulado, amarillo naranja, y de texturas inusuales.

Gracias a los trabajos realizados durante tres semanas a bordo del Alucia (2015) en una expedición conjunta entre el Woods Hole Oceanographic Institution, la Fundación Charles Darwin y la Dirección del Parque Nacional, y con participación del Inocar y Espol, entre otros, se mapearon setenta montes submarinos de Galápagos.

También, en el mismo año, se llevaron a cabo exploraciones a bordo del Nautilus, de Ocean Exploration Trust. A partir de entonces se han logrado encontrar especies nunca antes descritas en la Reserva Marina de Galápagos, 32% de ellas tal vez nuevas a la ciencia. El equipo de Patricia continúa dedicado a la identificación de las criaturas recolectadas en muestras e imágenes.

Muchos de estos montes submarinos se conocen por décadas como famosos bajos para la actividad pesquera. Afortunadamente, debido a las técnicas no permitidas en el archipiélago encantado, se han logrado mantener relativamente prístinos. Para establecer una nueva zonificación de la Reserva Marina es importante investigarlos a mayor detalle y protegerlos.

Las islas que vemos sobre el nivel del mar representan apenas el 5% del volumen total de Galápagos. Es decir, los montes submarinos son la nueva frontera por explorar. (O)

nalutagle@yahoo.com

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