Templos de Camboya
Ricardo Rivadeneira Dávalos
Cualquier turista que visite Asia regresará conmovido. Lo dice Ricardo Rivadeneira Dávalos, presidente ejecutivo de la compañía azucarera Valdez, quien recientemente viajó con su esposa y dos hijos a China (Xi’an, Shanghái, Beijing y Hong Kong), Corea y Camboya; “siendo este último el lugar que ha marcado mi viaje, por su historia y maravillas arquitectónicas”.
Rivadeneira recuerda a Camboya como un conjunto de elementos alucinantes. “Los templos Angkor Wat, Angkor Thom y Angkor Bayon son la máxima expresión del auge del Imperio Khmer; sus santuarios representan uno de los tesoros artísticos más valiosos y famosos que Asia ofrece al viajero”.
Angkor Wat fue el templo que más le impresionó, construido en el año 1100. “Es considerado el más grande del mundo y da la impresión de estar casi estrangulado por la maravillosa jungla”.
Este viajero frecuente destaca la “calidad artística de la narración esculpida sobre las murallas que lo rodean, tallada en piedra e inspirada en el (texto épico del) Ramayana y en las titánicas guerras entre los hombres y los dioses bajo formas de animales, es cautivante”.
Finalmente, Rivadeneira alaba la amabilidad y cordialidad del pueblo camboyano, a pesar de que años atrás sufrieron “el exterminio del dictador genocida Pol Pot, donde se calcula que más del 20% de la población murió a lo largo de cuatro años, a fines de los años setenta. Por esta razón casi el 70% de la población de Camboya son personas jóvenes”.
Camboya es la muestra de un pueblo que ha tomado la opción de vida, de producir, de trabajar, de estar unidos como nación, y eso impacta muy positivamente en el turista que llega y, finalmente, se enamora de ese destino, concluye.
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