¡Al espacio!
El Kennedy Space Center Visitor Complex, situado a una hora de Orlando, narra la épica histórica del programa espacial de EE.UU.
Ahora la mirada está puesta en Marte. El lanzamiento y posterior amarizaje de la nave Orión, el viernes 5 de diciembre, representa el más reciente capítulo de los intentos estadounidenses por explorar el espacio, hoy con el propósito de que el hombre ponga los pies en el llamado planeta rojo en la primera década del 2030.
Tal evento muestra que el Kennedy Space Center Visitor Complex no es un simple destino de entretenimiento al estilo Orlando, sino que en sus diversos espacios narra los episodios de una historia que permanece viva y creciendo como uno de los grandes logros de la ciencia y de la humanidad.
Una zona muy fotografiada es el Rocket Garden (Jardín de los Cohetes) debido a su majestuosa colección de cápsulas y cohetes reales y algunas réplicas que alcanzan alturas de 24, 27 y 30 metros hacia el cielo, mostrando cómo han avanzado los vuelos espaciales tripulados desde las épocas del Mercury, Gemini y Apollo, que finalmente llevaron al hombre a la Luna, el 21 de julio de 1969, en la misión Apollo 11.
Los protagonistas de ese hecho fueron Neil Armstrong y Buzz Aldrin, y las huellas de sus botas en el suelo polvoriento de ese satélite quedarían para la posteridad, tal como lo demuestra en el complejo Kennedy la réplica de una de esas históricas pisadas ocurridas a 400 mil kilómetros de la superficie terrestre.
La leyenda One Small Step recuerda que Armstrong, el primero en pisar la Luna, pronunció en ese momento la frase “Este es un pequeño paso para el hombre, pero un gran paso para la humanidad”.
Atracciones diversas
El Kennedy Space Center, nombrado así en honor al presidente John F. Kennedy, cuenta con atracciones que permiten al visitante una inmersión profunda en la conquista del espacio.
Por ejemplo, el Centro Apollo/Saturno V luce como un inmenso hangar que exhibe un cohete modelo Saturno V (de 110 m de largo). ¡Es real! Esta nave fue realmente empleada en el programa Apolo y transportó a 24 astronautas hacia la Luna y los trajo de regreso.
Esa zona también permite tocar una auténtica roca lunar, observar polvo lunar en el traje del astronauta Alan Shepard y el traje de vuelo del astronauta Jim Lowells.
El Kennedy Space Center Visitor Complex también sorprende con la atracción conocida como Shuttle Launch Experience, que realmente es un simulador que lleva a unos 40 visitantes a vivir la emoción de un lanzamiento ¡dentro de la nave!
Las explicaciones de astronautas verdaderos desde las pantallas transmiten las primeras emociones de este paseo vivido por imágenes y vibraciones llenas de realismo.
La atracción Exploration Space: Explorers Wanted lleva a los turistas a un ambiente de descubrimiento y exploración más allá de nuestro planeta con teatro en vivo, experiencias interactivas y presentaciones multimedia a gran escala, haciendo hincapié en que la exploración espacial no es solo sobre las máquinas, sino la gente detrás de la tecnología.
Todo esto fue vivido en octubre anterior por el guayaquileño Steven Mejía Montoya, quien junto con su familia visitaron ese mundo donde es posible “vivir de cerca la experiencia de un astronauta. Es un sitio ideal para tratar de imaginar los inmensos esfuerzos que el ser humano ha realizado a través de los años para descubrir nuevos horizontes. La inmensidad de las instalaciones incluyen exhibiciones, gestiones administrativas, de investigación, charlas. Es como una ciudad tecnológica”, comenta.
Steven participó además en un almuerzo con un astronauta real, Bob Springer, quien detalló vivencias y anécdotas de su vida “espacial”.
Además, los visitantes tienen oportunidad de visitar por dentro el VAB (Vehicle Assembly Building, Edificio de Ensamblaje) para conocer donde se han construido aquellas inmensas naves utilizadas en la carrera espacial, desde el primer cohete Saturno V a fines de 1960 hasta el último transbordador espacial, STS-135 Atlantis, a principios de este año.
“Todo esto te coloca en la posición de un niño maravillado con todo aquello que habías visto solo en revistas y reportajes”, indica Steven. “Ahora lo tenía ahí junto a mí y junto a mi familia”. Y esa sensación nos lleva realmente fuera de este mundo. (M.P.) (I)