Castillos de campeonato

05 de Agosto de 2018

El valle del río Loira, en Francia, acoge hermosos castillos que evocan los tiempos de monarquía del actual rey del fútbol.

Castillo de Chambord
El más visitado del valle

Entre las ciudades de Saumur y Orleans, el río Loira atraviesa una región salpicada de palacios, bosques y viñedos. Con más de 700.000 visitantes al año, el Château (castillo) de Chambord es el castillo más grande y visitado del valle. Fue construido a principios del siglo XVI bajo el gobierno de François I y con la asesoría del genial Leonardo da Vinci.

Durante la Revolución francesa, los rebeldes saquearon el castillo, dejando algo de su mobiliario, que fue subastado por el gobierno en 1791. El castillo se convirtió en propiedad privada hasta que en 1930 fue devuelto al Estado francés debido a la muerte de su dueño. Durante la Segunda Guerra Mundial, Chambord albergó algunos de los tesoros y obras de arte nacionales más valiosos de Francia, incluida la Mona Lisa.

Su estructura está coronada por 6 torres, tiene 440 habitaciones, 365 chimeneas y 84 escaleras. Es también una gran galería con 4.500 obras de arte. Se destaca la escalera principal, de forma helicoidal, que se cree fue obra de Leonardo.

Informes: www.chambord.org

Castillo de Chenonceau
El gran palacio d las damas

La ubicación del castillo de Chenonceau, con uno de sus brazos atravesando las aguas del río Cher, afluente del Loira, lo hace lucir como un gran puente de cinco arcos, todo rodeado de bellos jardines. Sin embargo, la mayor característica de este château es la influencia de las mujeres que lo habitaron. El actual castillo de Chenonceau fue construido durante el siglo XV después de que el castillo original fuera destruido durante la Guerra de los Cien Años. Cuando el arquitecto principal Thomas Bohier fue llamado a la guerra mientras se construía el castillo, su esposa, Katherine Briçonnet, se hizo cargo. En 1535, Henri II se lo regaló a su amante, Diane de Poitiers, para disgusto de su esposa, Catherine de Médicis, quien luego lo recuperó.

Ambas dejaron sus gustos arquitectónicos y de decoración.

Más tarde, cuando el gobierno quiso apoderarse del castillo durante la Revolución francesa, Louise Dupin usó documentos históricos para probar que el castillo era propiedad privada.

Informes: www.chenonceau.com

Castillo de Clos-Lucé
Hogar de Leonardo Da Vinci

El genial Leonardo da Vinci fue el huésped más famoso del castillo-mansión de Clos-Lucé, ubicado a 300 metros del castillo de Amboise. En Clos-Lucé se alojó al llegar desde Italia invitado por el rey Francisco I, para quien trabajó durante tres años como pintor, ingeniero, arquitecto e incluso director de fiestas, hasta que falleció allí el 2 de mayo de 1519.

Tras haber cruzado los Alpes junto con sus tres obras más importantes (la Gioconda, Santa Ana y San Juan Bautista) a los lomos de un mulo, Leonardo da Vinci se instaló en ese castillo para dejar una historia que hoy se exhibe en una exposición permanente llamada Leonardo da Vinci y Francia.

En el subsuelo del castillo de Clos-Lucé, cuarenta maquetas y seis animaciones 3D presentan los inventos de este artista visionario: el primer automóvil, la máquina voladora (ancestro del avión), el carro de combate, el paracaídas...

El jardín del castillo invita a “jugar” con veinte maquetas móviles gigantes –desde el helicóptero hasta la ametralladora– y disfrutar de 40 de sus dibujos y lienzos.

Informes: www.vinci-closluce.com

Castillo d’Azay-le-Rideau
Diamante sobre El Río Indre

Todo el encanto del Renacimiento se despliega en el castillo de Azay-le-Rideau, construido en el corazón de la antigua provincia de Turena. Es una obra maestra de la arquitectura del siglo XVI, que se erige en una isla sobre el río Indre y está rodeada por un parque romántico del siglo XIX.

Por ello, Honoré de Balzac lo llamó Diamante sobre el Indre. Con su magnífico foso y el interior renacentista italiano, el castillo es conocido especialmente por los raros tapices flamencos de los siglos XVI y XVII que representan la vida en la Europa renacentista.

Algunos de los lugares más interesantes son el salón principal, el comedor y la cocina, que están bellamente escenificados con el ambiente de la época.

Sus propietarios, los marqueses de Biencourt, lo reformaron totalmente a partir del 2013.

Informes: www.azay-le-rideau.fr

Castillo d’Useé
Inspiración para la bella durmiente

A lo largo de sus casi diez siglos de historia, el Château d’Ussé ha tenido entre sus huéspedes a personajes ilustres como Voltaire, Chateaubriand y Charles Perrault. Este último es el autor de los modernos cuentos de hadas. Precisamente durante su estancia en el castillo, el francés Perrault encontró la inspiración para escribir uno de sus relatos más famosos: La Bella Durmiente.

Tales referencias siguen vivas todavía. La visita al castillo permite descubrir habitaciones decoradas con escenas del cuento, y se destaca el momento estelar del relato: cuando la maldición se rompe y la joven despierta gracias al beso del Príncipe Azul.

Los turistas encuentran, además, salones decorados con muebles y tapices del siglo XVI, y maniquíes que representan esos años de fina elegancia francesa.

Vale mencionar que la actual joya arquitectónica es el resultado de la reconstrucción de una fortaleza medieval atacada durante el periodo renacentista, para lo cual se siguieron los nuevos cánones estéticos llegados de Italia.

Informes: www.chateaudusse.fr

Fuentes: www.es.france.fr, www.valledelloira-francia.es, www.nationalgeographic.com.es, www.edition.cnn.com, www.saltaconmigo.com, portales web de los castillos.

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