El cañón del cóndor
Aquel símbolo patrio se bajó del escudo para maravillarnos en el sur de Perú, cerca de Arequipa, en una profunda garganta considerada el hogar del cóndor andino.
La atmósfera está cobijada por el silencio. Pero mucho agradecería también una cobija de lana, algodón o retazos para darle batalla a los aproximadamente 8 grados centígrados que nos abrazan en el mirador de la Cruz del Cóndor, al norte del poblado de Arequipa.
El silencio es para acompañar solo con la mirada a estos gigantes que agitan con su aleteo este cielo de tonos pasteles. Los cóndores.
Todo este territorio es conocido como el valle del Colca, denominado así por su homónimo río de 200 km de longitud que atraviesa la roca hasta excavar un cañón que en ciertos tramos se precipita hasta más de 3.000 metros de profundidad en ambas laderas.
Nosotros estamos en la cima del cañón, a unos 1.200 metros de altura en este tramo, desde donde los turistas llegan de todo el planeta a contemplar este vuelo fantástico que suele concluir con el aterrizaje de estas aves en alguno de los peñascos sobresalidos en la montaña.
Los silencios impiden descubrir las nacionalidades. Todos son sencillamente ciudadanos del mundo que se movilizan a lo largo de la baranda buscando la mejor locación para observar estas aves, que de adultas llegan a medir hasta 1,42 metros de altura, y entre 2,70 y 3,30 metros de ancho con las alas extendidas.
Este mirador es el atractivo principal de este valle que alberga a unos 14 pueblos llenos de vida y colorido, siendo quizás el más visitado Chivay, a 160 km de Arequipa y al pie del nevado Mismi, el cual se conecta en 10 minutos por carretera a los baños termales de La Calera, complejo turístico muy frecuentado.
Sin embargo, por unos dólares más lo ampliamente recomendable es sumergirse en alguna de las piscinas minerales y calientes de los hoteles más exclusivos de la zona.
Uno muy especial es el Colca Lodge, que brinda la posibilidad de darse esos chapuzones ardientes bajo la luz de la Luna y las estrellas que iluminan los cielos despejados del Colca. Por algo es quizás el spa más galardonado de Perú.
Rumbo a más paseos
Los hoteles y operadores de Arequipa, Chivay y hoteles como el Colca Lodge suelen ofrecen tours hacia las ruinas de Uyo Uyo, un antiguo asentamiento preinca que constituía la capital de la zona.
Esta excursión puede ampliarse para abarcar la zona de las “Colcas” o depósitos de semillas utilizados por las antiguas etnias que poblaban el valle y que están ubicadas en un pequeño cañón, cerca de Uyo Uyo.
De allí se puede completar la excursión en el pueblo de Yanque, también localizado en el valle, donde es posible visitar una iglesia colonial, el museo local y conocer las costumbres de esta antigua sociedad agrícola del sur de Perú.
La oferta del Colca además abarca paseos a caballo o bicicleta por la campiña, aunque algunos prefieren una opción más extrema al internarse en las profundidades del cañón, en excursiones de dos o tres días de duración.
Tal actividad debe ser realizada siempre con guía, ya que se han reportado turistas extraviados que nunca más aparecieron, como si el cañón guardara el secreto de su destino.
La imaginación nos permite pensar que los cóndores ayudan a tales búsquedas con su vuelo incesante, tan puro y misterioso, que se vuelve más intenso ante las miradas de aquellos turistas que madrugan a las 05:00 para asomarse al cañón.
Esto es porque al amanecer suelen reportarse más de 20 cóndores en pleno vuelo, generando una alegría al contemplar cómo estas aves lograr bajarse de nuestro escudo para demostrarnos por qué son el gran símbolo de los Andes.