Jorupe doble
El fronterizo cantón Macará, ubicado al sur de la provincia de Loja, acoge dos zonas que se destacan por su naturaleza y viejos petroglifos.
El principal atractivo natural de Macará es su homónimo río, que marca la frontera con nuestro vecino del sur y genera concurridos balnearios fluviales como Bocana, Hornillos, La Lajilla, El Limón, El Tamarindo, Estrechuras y Linderos.
Tal proximidad con Perú ayuda a construir el carácter de este cantón alborotado por el tránsito comercial y turístico, el cual suele entretenerse en la agradable Plaza Central, que vigila la iglesia principal.
Ese céntrico punto puede servir de partida hacia el sector de Jorupe, ubicado a 25 minutos de la ciudad, vía a Sabiango y Hornillos. En esa zona de la parroquia Macará existen dos petroglifos en bloques rocosos de forma ovoide, los cuales fueron identificados gracias a la colaboración del profesor Víctor Manuel Valarezo, según Juan Carlos Villavicencio, director de la comunidad virtual Lojanos.com.
Villavicencio destaca que tales rocas evidencian ideogramas realizados mediante la técnica del inciso con formas geométricas como espirales, líneas curvas, semicírculos, rectángulos, cuadrados, líneas de puntos, rostros humanos, manos y otras figuras no identificables.
“Debemos puntualizar su marcado estado de deterioro, a causa de factores climáticos y de la acción del fuego que ha ocasionado graves escoriaciones en la piedra, comprometiendo la integridad de los dibujos o grabados”, lamenta Villavicencio, ya que considera que tales figuras deberían ser protegidas por las autoridades como tesoro patrimonial. Lo mismo ocurre con petroglifos en Hornillos, también en la parroquia Macará, y en Numbiaranga, barrio de la parroquia de Larama.
La reserva de las aves
Jorupe también se llama la reserva natural con un importante remanente de bosque seco tumbesino. Esta región alberga una importante concentración mundial de especies endémicas de aves, muchas en peligro de extinción.
La reserva, ubicada al noreste de la ciudad de Macará, cubre en total casi el 50% de la cuenca del río Jorupe. En la cima de esta cuenca se localiza la cordillera de Jatumpamba, declarada por el gobierno nacional como bosque protector.
La estructura del bosque, con muchos árboles de ceibo, se mantiene casi intacta, pese a que hay unos pocos claros y pastizales. La Fundación Jocotoco, dueña esta área protegida de 1.500 hectáreas, está trabajando en la reforestación de pastizales. Además, esa entidad mantiene un ecohotel especializado en el avistamiento de aves, llamado Urraca Lodge.
Así, Jorupe brinda un agradable hospedaje para acompañar estos paseos de patrimonio y naturaleza.