San Francisco, hasta pronto
Situada entre colinas, esta ciudad es considerada la más europea de Estados Unidos. Un lugar para regresar.
¿Qué ciudad en el mundo reúne todas las características –o al menos la mayoría de ellas– para una estadía de ensueño? La tarea es complicada, puesto que cada una tiene lo suyo. Podría enumerar varias empezando por el clima, el transporte, la gastronomía, sitios turísticos, seguridad, amabilidad de las personas, compras, arte, entretenimiento, áreas recreativas y deportivas... Podría continuar agrandando la lista, pero mejor lo digo: San Francisco.
Es la única ciudad-condado del estado de California, además de tener la mayor cantidad de población en dicho estado (casi un millón). Es atípica a otras ciudades estadounidenses. No es caótica, ni enorme ni ruidosa; su gente sonríe al visitante.
San Francisco dejó de ser un pequeño pueblo y se convirtió en una gran ciudad en poco tiempo como consecuencia de la Fiebre del Oro de 1849. Ya en 1906 esa ciudad sufrió los efectos de un terremoto de magnitud 7,8 en la escala de Richter, que provocó la muerte de más de 3.000 personas e hirió a decenas de miles. La mayoría de los casi 400.000 habitantes dormía cuando se produjo la catástrofe. Sus edificios se derrumbaron, los tejados se desplomaron, las calles se levantaron, las tuberías reventaron... El sismo cesó, pero poco después se inició el segundo de los seis que asolaron la ciudad. El epicentro se localizó en la famosa falla de San Andrés. Un área de 21 kilómetros cuadrados quedó en cenizas debido principalmente a los incendios que el movimiento telúrico provocó.
En 1915 culminó su recuperación gracias a la Exposición Universal, año en el que se inauguró el City Hall. Esto, en parte, creo, es lo que forjó el carácter de la ciudad, de su gente.
‘Turisteando’
La visita a San Francisco depara un gran número de atractivos. Es una ciudad muy fácil de recorrer. Desde varios puntos se tienen excelentes vistas panorámicas de sus rincones y monumentos íconos. Entre los sitios imperdibles están la isla de Alcatraz, el Golden Gate, el mirador Twin Peaks, el tranvía (Cable Car), el parque Golden Gate, el barrio chino.
San Francisco es famosa por su Cable Car. Permite a propios y extraños ir a bordo de un monumento histórico. Hay tres líneas (troncales): Powell-Hyde, Powell-Mason y California Street. Se estima que cada año casi 10 millones de turistas usan este medio que conecta con el metro y los autobuses, comprando la tarjeta Muni Pass. Eso sí, esta no incluye el pasaje del BART (Bay Area Rapid Transit) o metro, que también va a otras ciudades cruzando la bahía hacia el este.
Los tranvías no van rápido. Calculando, no pasan de los 15 kilómetros por hora. Cuando adquiere la mencionada tarjeta, le dan un mapa de todo el sistema de transporte público. De allí que puede elegir una de las troncales para recorrer diversas zonas turísticas como el famoso Distrito Castro (barrio gay), Union Square, Market Street, Distrito Financiero, North Beach (ahí está Coit Tower, una torre-mirador), Embarcadero, Fisherman’s Wharf, Mission District (restaurantes, bares), entre otros.
En el Museo del Cable Car se puede ver la evolución de este transporte. Los primeros tranvías de San Francisco eran jalados por caballos que prácticamente eran arrastrados por las arduas pendientes. En 1873 se probó el primer tranvía eléctrico. En 1947 casi desaparece, pero la mayoría de ciudadanos se opuso. En 1964, el sistema de Cable Car fue declarado patrimonio histórico nacional. Puede viajar sentado o ir colgado. Es permitido, a los turistas les encanta, de allí que no se moleste por conseguir un buen asiento, ya que los pasajeros de pie no lo dejarán ver el paisaje.
Si es de los que gusta caminar, en San Francisco debe replanteárselo sobre todo por las pendientes. Debe ir dispuesto a ‘ejercitarse’. Por ejemplo, si consigue un hotel, como el Scarlet Huntington, en el barrio Nob Hill, tiene muchas ventajas. Al frente está la Catedral Grace, cerca de allí se avanza dos cuadras hacia el norte y puede ver parte de la bahía; bajando la colina se encuentra también muy cerca el popular barrio de Chinatown; pasará por algunos edificios emblemáticos cuya arquitectura alegra la vista.
Desde ese hotel (calles California y Taylor) puede avanzar más hacia el norte (unos 20 minutos) hasta Lombard Street, una de las más inclinadas. La atra-cción principal de esta calle es ver los carros bajando por ella.
Cerca de la mencionada colina camina unas cinco cuadras hacia el centro (downtown), donde se encuentra Union Square, el distrito favorito para hacer compras.
Si a finales de los 80 fue fanático de Un hogar casi perfecto, desde Nob Hill, yendo al sur hasta las calles Steiner y Grove, frente al parque Alamo Square, está la casa donde se filmó la serie de televisión. La construcción forma parte de un concurridísimo grupo de casas de estilo victoriano conocidas como Painted Ladies (Las damas pintadas).
Gastronomía
Cuando escuché de boca de un local que San Francisco tiene más de 35.000 restaurantes, me quedé atónito. Esta ciudad goza de los mejores sitios para comer en el mundo. Entre los caprichos gastronómicos que deben permitirse están los restaurantes The Big 4 (en el Scarlet Huntington Hotel), un bar restaurante histórico donde un plato de fetuccini y una copa de vino costaron $ 48. Otros restaurantes recomendados son Ruth’s Crist Steak House, McCormick & Kuleto’s, Tonga Room & Hurricane Bar, Scala’s Bistro.
Caminando de regreso al hotel, en las intersecciones de Bush y Powell, de lejos vi gente amontonada. Me acerqué y la curiosidad me reveló un sitio de comida algo más barato, pero delicioso. Se trata de Uncle Vito’s, uno de los lugares favoritos de los locales para comer pizzas y sándwiches. Debido a la caminata de casi cuatro horas estaba con hambre y quería algo rápido; decidí un sándwiche de pavo y guacamole más una lata de soda por $ 8. Todo es al horno.
Lugar mítico
El año pasado en Estados Unidos, el caso de los reos que escaparon de la cárcel de Alcatraz tomó un nuevo giro. Los sobrinos de dos de los desaparecidos dieron a las autoridades nuevas pruebas de que Clarence y John Aglin no murieron ahogados.
Esta nueva teoría sobre su paradero –que dice que vivieron o aún viven en Brasil– parece haber despertado el interés de visitar la isla que hoy por hoy es más un parque protegido debido a su flora y fauna. Las gaviotas y sus crías no se inmutan con tantos turistas que recorren las viejas instalaciones.
Desde el Muelle 33 (Pier 33) salen puntualmente los ferris hacia esa ex cárcel. Diría que unos 15 minutos de navegación dura el trayecto. Si vieron Fuga en Alcatraz (1979) con Clint Eastwood, la película se hace muy presente durante el recorrido.
Casi todos los turistas retiraron el audioguía (audífonos) para escuchar los pormenores de lo que sucedía en la Roca. Los pasos llevan a cada rincón, como las minúsculas celdas asignadas a los prófugos que muestran cómo las dejaron antes del escape.
La Puerta Dorada
Otro ícono de San Francisco es el Golden Gate, puente que mide unos 3 km de largo. Puede conseguir una buena postal, ya sea desde abajo del puente o desde un muelle cercano. Los más arriesgados van hasta las rocas cercanas al mar para fotografiarse; puede cruzar el puente caminando o en bicicleta, por ejemplo, la experiencia es única. Eso sí, corre mucho viento frío.
Cuando vaya a San Francisco y quiere traer un “cariñito”, un buen vino del valle de Napa o chocolates de Ghirardelli Square son buenas opciones. (I)