Teléfono doméstico
Hace tan solo 20 años en la mayoría de los hogares había un solo aparato de comunicación: el teléfono fijo con su disco de marcar o teclado.
Actualmente, quien quiere comunicar su hogar con el mundo exterior prácticamente no puede prescindir de un router. Y el teléfono fijo ha sido sustituido por el teléfono inalámbrico DECT. Si va a comprar un nuevo aparato debería pensar primero en cómo quiere usar el nuevo teléfono, recomienda Martin Gobbin, investigador de Stiftung Warentest, la asociación alemana de protección de los consumidores. En primer lugar, uno debe preguntarse si necesita un contestador automático o funciones de comodidad como un monitor de bebé, el modo vip o el modo noche.
Los aparatos con los que solo se pueden hacer llamadas telefónicas no son caros. “Un modelo para principiantes ya se puede conseguir a partir de 20 o 40 euros (entre 25 y 50 dólares)”, dice Gobbin. Si el teléfono se usa con mucha frecuencia, es útil contar con un registro de llamadas, mucha capacidad de memoria en la lista de rellamadas y una gran guía telefónica.
“A partir de 50 o 60 euros (60 y 70 dólares) ya se pueden conseguir buenas estaciones base con teléfono”, agrega Marleen Frontzeck, redactora del portal de telecomunicaciones Teltarif.de.
Desde hace algunos años hay teléfonos DECT con pantallas táctiles y acceso a internet que se parecen mucho a smartphones. “En esos teléfonos también se pueden instalar apps”, explica Gobbin.
Sin embargo, la utilidad de estos aparatos, que cuestan hasta 200 euros (250 dólares), es dudosa. “A mí me parecen en este momento innecesarios los teléfonos DECT con android”, dice Frontzeck. En casi todos los hogares ya hay smartphones y computadoras on-line. Además, un test realizado recientemente por la Stiftung Warentest reveló que la calidad de voz de algunos de esos smartphones DECT es relativamente mala.
Dependiendo del uso también puede ser práctico disponer de funciones adicionales, como un soporte para personas que llevan audífonos, una funda exterior robusta o una entrada para auriculares con micrófono. “Además conviene pensar en cuántos componentes móviles se necesitan”, dice Gobbin. Comprar varios dispositivos individuales suele ser más caro que adquirir un set.
Para muchos usuarios, la radiación también es un criterio para optar por determinado aparato. Muchos aparatos ofrecen un modo ecológico que reduce la potencia de transmisión o que solo transmite cuando se está llamando por teléfono. “Si usted tiene miedo a la radiación de su teléfono DECT, debería primero deshacerse de su smartphone”, afirma Gobbin, porque la potencia de transmisión de los smartphones es mayor.
Si hay que renovar completamente la instalación telefónica, también debería someterse a prueba el router. Desde hace tiempo, los dispositivos pueden hacer más que distribuir la señal de internet entre varias computadoras. “Con una estación de base DECT, el router se convierte además en central telefónica, dice Frontzeck. De esta manera, uno necesita comprar un dispositivo menos.
Al igual que un teléfono, antes de comprar un router hay que tener en claro cuáles son las funciones que uno quiere que cumpla el aparato. “Si usted solo quiere distribuir su señal de internet, no necesita un aparato caro de alta gama”, dice Christian Schlüter, investigador de la Stiftung Warentest. Basta con comprar un modelo para principiantes por unos 50 euros (poco más de 60 dólares).
“De cualquier manera, el aparato debería tener un módem integrado y wifi”. Schlüter y Frontzeck recomiendan el estándar WIFI AC, que permite una transmisión de datos más rápida que el estándar anterior N. Muchos dispositivos de salida, tales como smartphones, tablets y notebooks, ya son compatibles.
Si el router debe tener más funciones que solo la distribución de datos de internet, automáticamente es más caro. “Los routers de gama alta que no dejan nada que desear cuestan hasta 250 euros (unos 310 dólares)”, dice Schlüter.
Sin embargo, con un disco duro conectado, esos routers también se pueden usar como servidor multimedia u ofrecen funciones de seguridad, como la instalación de redes de acogida con acceso restringido. De esta manera, los huéspedes pueden conectarse a internet sin tener acceso a toda la red en su conjunto.
El consumo de electricidad debería ser, asimismo, un criterio a la hora de comprar el router. “Se trata de aparatos que normalmente funcionan permanentemente”, dice Schlüter. Los modelos que tienen un modo ahorro, que permite desactivar durante la noche el wifi, por ejemplo, son más económicos.
Además, si usted quiere usar el router como instalación telefónica, debería fijarse también en la seguridad futura, porque en el futuro las conexiones telefónicas cambiarán a tecnología IP. “El aparato debe ser compatible, porque de lo contrario habría que comprar otra vez uno nuevo”, advierte Frontzeck. (dpa) (I)