Imparable actriz
Jane Fonda, a sus 80 años, muestra una faceta más personal en sus nuevos roles con actuaciones más acordes a su edad.
Mítica, polifacética, historia viva del cine, diva, bella, activista, escritora, son muchos los halagos y trabajos que encajan muy bien en la personalidad de Jane Fonda, actriz estadounidense que durante décadas nos ha entregado destacadísimas participaciones en un sinfín de películas encarnando a variopintos personajes.
A sus 80 años sigue ocupando las portadas de las revistas del mundo, tiempo que la ha servido también para hacer una introspección de lo que le pasa como mujer y como actriz. “No volvería a mi juventud ni por todo el dinero del mundo”, comentó este año mientras promocionaba en Los Ángeles uno de sus trabajos, Nosotros en la noche (Our Souls at Night), película que puede verse en Netflix.
Y sin hacer un alto en su actividades también presentó en el Festival de Cannes de este año el documental Jane Fonda in Five Acts -dirigido por Susan Lacy-, en el que recorre su vida sin esconder sus pasos en falso, pero celebrando la mujer en la que se ha convertido. “Me gustaría ser más valiente, pero soy lo que soy”, comentó.
La hija del mítico Henry Fonda, casada en tres ocasiones, dice haberse metamorfoseado hasta encontrarse finalmente a sí misma y admitió su necesidad de gustar antes de darse cuenta de que “intentar ser perfecta es un viaje peligroso”.
En ese documental, la oscarizada actriz por Klute (1971) y Coming Home (1978) le habla directamente a la cámara y hace prueba de un sano sentido del humor, en el que se ríe de sí misma, confiesa que ninguna de sus relaciones fue igualitaria, lamenta no haber estado más presente con su primera hija o ve como un error haber recurrido a la cirugía.
Como para agregar un logro más en su larga trayectoria como actriz, ya fue anunciado el homenaje que recibirá en octubre por parte del Festival Lumière, en Lyon (Francia). Es así que a la intérprete de Barbarella le será otorgado el Premio Lumière 2018, un galardón que hasta el momento solo había recibido una mujer, la también legendaria Catherine Deneuve.
La actriz continúa en plena forma porque, además de triunfar en Netflix con Grace and Frankie, pronto estará en salas ecuatorianas el estreno de Book Club, y la película Our Souls at Night, en la que repite con Robert Redford como protagonista.
Repitiendo con R.R.
Nosotros en la noche comienza con imágenes de un nuevo amanecer en un pequeño pueblo de Estados Unidos, pero para Addie (Fonda) y Louis (Robert Redford) será igual que el anterior e idéntico al siguiente. Hasta que ella decide tomar al toro por los cuernos. Ya no quiere estar sola, se ha cansado de ver un lado de su cama vacío y ve en su vecino una oportunidad de interacción, pero sobre todo de tener una compañía, de poder tomarse una copa de vino o compartir una cena en casa, o simplemente salir y charlar. Ambos son viudos hace tiempo y aunque viven a pocas cuadras son poco menos que conocidos.
La propuesta de Addie es escandalosa para las conservadoras conductas de los habitantes de la pequeña ciudad: una sarta de chismosos pueblerinos: “¿Te interesaría venir a dormir conmigo cada tanto?”, le pregunta ella. Él de pocas palabras le dice que le dé tiempo para considerarlo. Así comienza la historia del vínculo entre dos personas solitarias que, cuando ya no esperaban demasiado de la vida, se unen.
Nosotros en la noche es una historia tierna y dulce que nunca resulta empalagosa y nada melodramática. El filme muestra a ambos legendarios intérpretes que aún mantienen intacta la química que lucieron hace cincuenta años en la comedia Descalzos en el parque, en la que interpretaron a una dispareja de recién casados.
Saliendo de la monotonía
La vida nos pone pruebas todo el tiempo y empezar de cero –ya sea por una cuestión afectiva, laboral o porque nos cambiamos de casa muy lejos– resulta difícil. Y si encima, la juventud nos ha abandonado, las cosas se complican aún más, pero esta tarea –la de dar el paso y reconstruir una vez más nuestros propios caminos– debe transformarse en una obligación.
Bajo esta ligera mirada, en la película Club Book (Cuando ellas quieren), Diane (Diane Keaton), Vivian (Jane Fonda), Sharon (Candice Bergen) y Carol (Mary Steenburgen) deben enfrentar el mundo precisamente cuando su vida les exige ser reinventada.
Se trata de la ópera prima dirigida por el productor y escritor estadounidense Bill Holderman: una comedia romántica que sustituye el perfil joven de sus protagonistas por las historias de vida de estas cuatro mujeres mayores que se reúnen, como un ritual de amistad, a platicar sobre libros. Cada una experimenta un proceso complicado en sus relaciones con los demás: Diane, después de enviudar, es neutralizada por sus hijas que la creen incapaz de sobrevivir; Vivian, una mujer rica e independiente, no puede formalizar una relación; Sharon, una exitosa abogada, no puede superar su divorcio, y Carol, llena de vida, cree que su matrimonio está en peligro ante la falta de chispa sexual.
La solemnidad y las preocupaciones de sus vidas desaparecen cuando a sus manos llega uno de los mayores bestseller del momento: la trilogía 50 sombras de Grey. Aunque el contenido del ejemplar no es su favorito, a medida que van revisándolo, sus problemas existenciales adquieren un tono cómico, pícaro, liberador, que les hace comenzar su existencia de otra manera. En otras palabras, abandonan su incredulidad.
Durante su estreno en Los Ángeles, las protagonistas aseguraron que este filme viene en un momento de empoderamiento femenino en Hollywood, y que el hecho de que sea protagonizado por veteranas busca romper el molde en la industria.
El argumento está pensado para aquellas mujeres sexagenarias, una etapa de la vida en la que muchas ya han cerrado la “fábrica” y pensar en sexo hasta les da pereza.
Vivian es también el único miembro sexualmente activo del grupo, pero ella es reacia a la conexión emocional y trata el sexo como un deporte de contacto, no como un acto de intimidad. Eso es un problema cuando Arthur (Don Johnson), un novio al que no ha visto en 40 años, aparece en el vestíbulo de su lujoso complejo.
Keaton también recurre a lo que es conmovedor y cómico en su papel (tal como lo hiciera en El club de las divorciadas, 1996), no solo en términos de romance, sino también en su lucha por resistir las intrusiones de sus hijas ridículamente sobreprotectoras (Alicia Silverstone, Katie Aselton). Convencidos, sobre la base de que no existen pruebas, de que su madre sana y activa es incapaz de llevar una vida independiente, están decididos a llevarla rápidamente a un apartamento en el sótano.
Craig T. Nelson, Richard Dreyfuss y Wallace Shawn, Andy Garcia, entre otros, acompañan a las “ñoras” en esta versión de Sexo en la ciudad, al estilo geriátrico. Pero ojo: detrás de todos los enredos y las risas, Club Book toca temas profundamente muy actuales, una labor que pone sobre la mesa una discusión que todos evitan: los seres humanos nacen, crecen y mueren, y en este proceso natural, ¿por qué algunos desprecian la vejez? (A.C.J.)
Fuentes: agencias, hollywoodreporter.com y NYTimes.