Los que se fueron: Mensajes de despedida
“Antes era en los diarios personales donde se guardaban los pensamientos y vivencias. Hoy una parte de nuestro diario, se publica en las redes sociales.”
El año termina con algunos menos. La muerte les llegó, como suele hacerlo, sin avisar. Mas tengo la sospecha de que algo les decía que andaba cerca.
Antes era en los diarios personales donde se guardaban los pensamientos y vivencias. Hoy una parte de nuestro diario, de nuestras vivencias y pensamientos, se publica en las redes sociales. Y en esos muros es donde, según mi teoría, los que se fueron nos han dejado alguna pista.
Robert Salazar, colega y amigo de este Diario que fue asesinado en las calles de Guayaquil, publicó por última vez en Facebook un luminoso y despejado cielo con unas nubes en la parte inferior. El texto que acompañaba la imagen solo decía “En el cielo”. Es allí donde los que lo conocimos sentimos que está.
Esa imagen del cielo como el lugar a donde van las buenas personas cuando mueren, es esperanzadora.
A mediados de año partió Anita, excompañera de trabajo en la universidad donde laboramos juntas mucho tiempo. Una de sus últimas publicaciones en Facebook fue una imagen con esta frase: La muerte no es la mayor pérdida de la vida… La mayor pérdida es lo que muere dentro de nosotros cuando aún estamos vivos. Anita se fue luego de ser atropellada en la vía a la costa. Y yo todavía me pregunto qué murió dentro de ella cuando estaba viva. No todos los pensamientos se publican. A veces los más tristes se guardan y se van con sus dueños.
Marina Menegazzo, una de las argentinas asesinadas en Montañita junto con su compatriota María José Coni a principios del año, publicó en Instagram pocos días antes de su muerte una foto de ellas dos frente al mar con la frase “La vida nos regaló un último atardecer soñado”. Estremece pensar que ella presentía que ese fuera su último atardecer. Pudo haberse referido al último que pasaría en Ecuador, pero quedó como una triste despedida y gratitud a lo que nuestras tierras le habían dado.
Alfredo Vera Bucheli, el joven estudiante universitario que falleció recientemente, publicó por última vez en su muro de Facebook la canción Revolución es, de Silvio Rodríguez, junto a la frase “600 veces intentaron, pero solo la vida pudo llevarte”. Esto, refiriéndose a la muerte de Fidel Castro.
El último mensaje de Alfredo se pierde tras las decenas de publicaciones de sus amigos y maestros que lo despiden y le agradecen por tanto. Porque los muros también sirven para los que se quedan. Publicar fotos y mensajes es una terapia para quienes los quisieron. La virtualidad otorga la posibilidad de que las personas, desde donde estén, pueden leernos. Y nos gusta pensar que ese “donde estén” se amplíe hasta el más allá.
Terminar el año sin ellos duele a muchos. Por eso, dedicarles este espacio es lo menos que puedo hacer. Me quedo con la esperanza de que todos, los mencionados y los que no, descansen en ese cielo fotografiado por Robert. Y que los muros de quienes me leen sigan siendo ese espacio de expresión personal que todos necesitamos tener. (O)