Larissa Marangoni y su naturaleza metálica
La escultora guayaquileña Larissa Marangoni revela los detalles de su última serie, de su proceso creativo y cómo todo esto se conecta con su vida.
Por un lado, la naturaleza en estado vegetal se refleja en hojas, ramas, pétalos, plantas, raíces, troncos; otra parte abarca esencia, cualidad, carácter, conducta, personalidad, pensamiento, individualidad.
Ambas ‘naturalezas’, viva (la artista) y muerta (la representación de lo inanimado), coexisten en la última muestra de la escultora guayaquileña Larissa Marangoni, Re-creando. Se trata de una serie con carácter autobiográfico y representacional, según la autora.
“La dicotomía entre lo frágil y lo duro representa quién soy. Hablo de mi personalidad que a través de los años he aprendido a controlar y aprender de las buenas y las malas experiencias”. La fragilidad del material en este caso, el vidrio no solo es frágil pero también transparente que me vuelve vulnerable en algunos casos”.
La colección Re-creando, integrada por 20 piezas, se exhibe desde noviembre en Cesa Design (c.c. Plaza Nova, Samborondón).
El proceso orgánico
Dos años es el tiempo que transcurre entre cada exposición individual de Marangoni. “Es lo que toma crear una nueva serie, entre ese tiempo construyo obras para exposiciones colectivas y privadas, nunca paramos”.
Se refiere a su equipo de trabajo, formado por Eduardo Matamoros, quien trabaja con ella desde hace 17 años, su hijo Kevin Matamoros (estudiante de Arquitectura) y Freddy Vera. “Son mi familia creadora, juntos hemos logrado construir muchas obras, otra historia paralela. Crear lleva un proceso, en ese caso sí soy una formalista, así me enseñaron y así aprendí. Hay que desarrollar la idea, conversarla, dibujarla, hacer maquetas y por último construirlas. Cada obra es única y para nosotros siempre será así”.
Este periodo también ha sido propicio para desarrollar creaciones relacionadas al tema orgánico, otra constante en el trabajo de la artista. “Empecé a elaborar ideas sobre la naturaleza muerta no solo como un estilo sino lo que las palabras representan. Una naturaleza muerta elaborada con elementos muertos”.
Los materiales utilizados son tres: hierro, madera y vidrio. Esto se manifiesta en la colección así: troncos cortados algunos años atrás para funcionar como puntales de una casa, el hierro que lo convierte en una hoja o una flor “congelada en el tiempo de la memoria”.
Es por ello que la serie guarda un poco de nostalgia. “Tiene un aire de melancolía, recreando mundos paralelos y hábitats que no existen para enfatizar lo cruel que somos como especie ante una inevitable alteración natural”.
Múltiples naturalezas
Marangoni se considera muy hiperactiva y multifacética, viviendo diferentes dimensiones además de ser artista plástica. “Mi vida es un mar, a veces me toca marea alta, a veces baja, pero siempre estoy en movimiento. Ese andar me inspira a vivir y crear con intensidad, lograr las metas que he trazado siempre dando sin esperar recibir, amando la única vida que nos han asignado”.
Como directora cultural de Guayaquil por parte del Ministerio de Cultura y Patrimonio, adelanta algunos proyectos en este cargo. Uno de ellos será la exhibición de la muestra del grupo Artefactoria, en todas las salas del MAAC (Centro Cultural Libertador Simón Bolívar). Además cada artista de la agrupación celebrará una exposición individual en el sitio.
“Es muy importante fortalecer nuestra historia artística. Así como fue la muestra de Rendón ahora le toca a Artefactoria, para que los movimientos culturales queden en la memoria colectiva y las nuevas generaciones sepan que Guayaquil siempre ha estado en la vanguardia cultural”, afirma.
Por otro lado, también está entre manos el diseño de la nueva entrada al MAAC, la cual sería por el mural de Manuel Rendón. Al momento, varias propuestas están esperando ser aprobadas. “Desafortunadamente, el que diseñó el edificio no entendía que en las iglesias, los museos y espacios públicos la entrada es directa justamente para que todos tengan el derecho de entrar. Creo que es el momento de darle la oportunidad a todos de saber que el MAAC es un museo bien señalizado y con un buen ingreso”. (I)