Scrooge: El avaro más famoso

Ebenezer Scrooge ha pasado a la historia como el personaje más amargado y tacaño. También es el  símbolo de una crucial reflexión navideña que ahora inspira una nueva producción en el Teatro Sánchez Aguilar.

La palabra Scrooge se ha convertido casi en un adjetivo. Por lo general se usa para referirse a alguien malhumorado, gruñón y mezquino. Este significado se deriva de la personalidad de Ebenezer Scrooge, el personaje central de la novela Un cuento de Navidad (A Christmas Carol), escrita por el inglés Charles Dickens.

De acuerdo con los diarios del autor, el nombre de su protagonista lo obtuvo de una tumba que encontró en Edimburgo. En el lugar se leía “Ebenezer Lennox Scroggie - meal man”, sin embargo, por un error de lectura, Dickens leyó mean (malo) en lugar de meal (comida).

Desde entonces, esa supuesta maldad inspiraría los otros rasgos de su vida y personalidad.

Los apuros económicos a los que se enfrentaban los más pobres y en especial los niños, algo que Dickens pudo observar y vivir durante su infancia, fueron una de sus principales motivaciones para escribir esta historia. También lo fueron los constantes enfrentamientos entre la burguesía y la clase obrera, que sufría todo el tiempo marginación, miseria e injusticias.

En la obra, publicada en 1843, Ebenezer es un hombre de negocios londinense que a pesar de poseer mucho dinero prefiere acumularlo y no gastarlo, llegando al límite de negarse a sí mismo algunas comodidades.

Además siente un gran rechazo por la gente pobre, pues cree que el mundo estaría mejor sin ellos y su ausencia contribuiría a eliminar la sobrepoblación.

Las únicas personas cercanas a él son Bob Cratchit, su empleado y a quien trata con desprecio, y su sobrino Fred, quien, a diferencia de su tío, ama la Navidad.

Al irse a dormir, Scrooge es visitado por el espíritu de su exsocio Jacob Marley, fallecido siete años atrás, quien ha sido condenado a caminar por la Tierra eternamente como castigo por haber explotado durante toda su vida a los más pobres. Marley le advierte a Scrooge que él podría sufrir el mismo destino y que su última oportunidad la tendrá esa noche.

A continuación, los fantasmas de la Navidad pasada, presente y futura visitan la habitación de Scrooge y lo transportan a distintos escenarios y momentos en el tiempo que revelarán el origen de su ácida personalidad y su odio por la Navidad, pero que finalmente lo harán reflexionar sobre la maldad de sus actos y cambiar su forma de ser.

Éxito literario y cinematográfico

Escrita en un tiempo récord de seis semanas y con ilustraciones del caricaturista londinense John Leech, la novela se publicó en diciembre de 1843. De inmediato recibió excelentes críticas desde todas partes del mundo.

El sentir general era que Dickens había renovado el espíritu, las tradiciones y costumbres navideñas, luego de que esta festividad hubiera sido prohibida e incluso considerada ilegal en algunos lugares.

También se lo alabó por intentar despertar en sus lectores las virtudes de la caridad, el amor al prójimo y la generosidad.

El proceso que atravesó Dickens durante la creación de esta novela fue recogido por el escritor Les Standiford en el libro The Man Who Invented Christmas (2008).

Pronto se hicieron adaptaciones teatrales y con el tiempo la televisión y el cine también decidieron inmortalizar este cuento.

A lo largo de los años, decenas de actores han encarnado a Scrooge. Uno de los primeros en meterse en la piel de este amargado personaje fue el actor británico Reginald Owen en el filme en blanco y negro estrenado en 1938.

El inglés Patrick Stewart llevó a Scrooge al teatro en 1988 en una presentación cuyo único actor era él mismo. Esta pieza le valió un Premio Laurence Olivier por mejor actor. En 1999, Stewart repetiría este rol en una película para televisión.

Los Muppets tuvieron también su propia película, Un cuento de Navidad, con el actor Michael Caine en el papel de Scrooge. El universo Disney no se quedó fuera de esta corriente al crear el filme La Navidad de Mickey, en la que Rico McPato era el famoso avaro.

La última versión de esta historia en la pantalla grande fue el filme en 3D que protagonizó el actor estadounidense Jim Carrey y dirigió Robert Zemeckis.

Esta versión en particular destaca por la tecnología utilizada para su rodaje, adaptando esta clásica historia a un lenguaje visual másmoderno. La técnica empleada fue motion picture, la cual captura los movimientos del actor para llevarlos a la pantalla.

Carrey interpretó a Scrooge en distintos escenarios y momentos en el tiempo, para lo cual también debió cambiar el tono de la voz. Junto con él también colaboraron los actores Gary Oldman, Colin Firth y Bob Hoskins.

Otro filme no navideño, pero que tomó como base la historia de Charles Dickens, fue Los fantasmas de mi ex, protagonizado por Matthew McConaughey. En esta película, el protagonista es un mujeriego que cambia su estilo de vida al ser visitado por tres fantasmas que le muestran cómo terminará si no se arriesga a enamorarse de verdad.

Las lecciones que los fantasmas enseñaron a Scrooge son tan aplicables en este siglo como lo fueron en 1842. El aprender a abrir nuestros corazones y dar y recibir amor”,
Patrick Stewart

Es una de las mejores historias sobre transformación, redención, y toca temas universales. Todos pueden identificarse con la idea de alguien que no se siente amado y por lo tanto no puede ofrecer amor”,
Jim Carrey