Amistades ilustradas
En líneas generales, tanto durante su vida como en su muerte, siempre le he tenido por una persona cuya erudición y virtud se acercaban tanto a la perfección como tal vez permita la fragilidad humana”. Así se expresaba Adam Smith de su amigo David Hume en una carta. La referencia que hace a su muerte se debe al hecho de haberse provocado entre los ingleses una enorme expectativa cuando supieron que Hume estaba gravemente enfermo.
Y es que habiendo el filósofo desafiado durante su vida las creencias religiosas, muchos querían saber cómo iba a enfrentar su muerte. ¿Se arrepentiría al último momento? ¿Moriría tranquilamente, en paz, a pesar de no creer en el más allá? ¿Renunciaría en sus últimos momentos a su legendario escepticismo? Sin embargo, según cuenta Smith, Hume pasó sus últimos días de forma alegre y serena. Estas observaciones de Smith fueron el punto de cierre de una gran y ejemplar amistad entre estos dos escoceses, gigantes de la Ilustración inglesa, y pilares del pensamiento moderno. Es sobre esa amistad que trata el libro escrito por Dennis C. Rasmussen. Profesor de Filosofía Política en la Universidad de Tufts, y que lleva por título El infiel y el profesor. David Hume y Adam Smith, la amistad que forjó el pensamiento moderno (traducción de Alex Guárdia Berdiell, Editorial Arpa Barcelona, 2018, 382 páginas). Lo de infiel es obviamente una referencia a Hume, y lo de profesor a Adam Smith.
El libro da un vistazo al escenario intelectual de la época en Edimburgo, la llamada Atenas del Norte. El autor dedica hermosas páginas a describir el desarrollo de la amistad entre estos dos intelectuales que ejercieron una enorme influencia. Hay una descripción muy interesante de la vida de cada uno de estos personajes, aunque breve en su extensión. El autor dedica muchas más páginas a describir la mutua influencia intelectual entre Smith y Hume, y menos a las relaciones de sus teorías con la de sus contemporáneos, como es el caso entre Hume y Kant, por ejemplo.
A pesar de que el libro se centra en los mencionados intelectuales, el autor dedica un capítulo a la polémica de Hume con Rousseau, y en el caso de Smith el lector encontrará mayor atención a su obra Los sentimientos morales que a La riqueza de las naciones.
El libro está escrito con un estilo de fácil lectura, sin que ello simplifique el pensamiento de estos dos grandes intelectuales. El libro puede ser ordenado a la librería La Central de Madrid. (O)