‘Cuentos híbridos’
Esa noche no trabajaron. Fueron las anfitrionas de la actividad literaria. Como parte de la presentación del libro, ellas leyeron algunos poemas. El público aplaudió.
Estaban escritores, catedráticos universitarios, artistas, periodistas. Todos asiduos a este tipo de actos, en instituciones culturales. Sin embargo, había en los asistentes algo de asombro. Lo que hacía distinto este programa era el lugar: uno de los burdeles de la calle Salinas, y que quienes leyeran los poemas fueran trabajadoras sexuales.
El libro que se presentó esa noche era de la autoría del guayaquileño Rafael Montalván Barrera. Fue a mediados de la década del noventa. El hecho hablaba de la voluntad del autor, nacido en 1963, de proponer escenarios y formas distintas para la palabra. Una palabra que trabaja y disecciona.
En sus inicios, Montalván combinaba el ejercicio periodístico con los estudios universitarios y la poesía. Con el tiempo, dejó de hacer reportería y se concentró en la enseñanza de la literatura, a la par que realizaba estudios de maestría, experimentaba y creaba didácticas para la enseñanza, se especializaba en la investigación de la literatura infantil y hacía crítica literaria.
Y entre una y otra actividad, nunca dejó de crear obra propia. Sus libros, todos poemarios, son: Rutinaria de una vida descalza, Prontuario, Léase si quiere, Zooprimitiva y Vestigios de armería. Ahora tiene listo un nuevo libro: Ficcionario anónimo. No es de poesía, sino de cuentos, que él llama híbridos, porque son una mezcla.
Montalván propone 26 historias, a lo largo de 107 páginas. Son historias cortas, que se caracterizan por tener, casi siempre, un final sorpresa. Un epílogo inesperado. El autor aúna en sus cuentos lo popular, el día a día, la marginalidad y hasta la truculencia, con referencias a escritores y a obras literarias. En muchos de ellos habitan también el humor y la ironía: “Cuentan que en esa misma época, poco después del golpe de septiembre de 1973, los militares chilenos irrumpieron en la Biblioteca de Arte Contemporáneo y se encontraron con valiosos volúmenes sobre cubismo: los quemaron todos, porque pensaron que eran libros acerca de la revolución cubana del comandante Fidel Castro”.
Este Ficcionario anónimo, de autor conocido, será presentado mañana en un acto que tendrá como escenario, esta vez, una institución que acoge con frecuencia a la literatura: la Casa de la Cultura del Guayas.