Los sonámbulos de la gran guerra
La lectura tradicional de la Primera Guerra Mundial es que fue una conflagración para la cual Europa de alguna forma estaba condenada a sufrir. El Viejo Mundo parecía un volcán en ebullición que solo necesitaba de una gota encima para derramarse en un baño de sangre. Dicha gota que lanzó a las cancillerías y ejércitos europeos a una de las más crueles guerras de la historia fue el asesinato del archiduque de Austria en Sarajevo.
El historiador Christopher Clark nos invita a una lectura diferente del estallido de la Gran Guerra, cuyo centenario se comienza a recordar en estos días, en un interesante libro que ha sido traducido al español recientemente: Los sonámbulos (Editorial Galaxia Gutenberg, 2014). Lo interesante de esta obra es que, a diferencia de las muchas que se han escrito sobre la Gran Guerra, se detiene en los eventos que la prepararon. Por ejemplo, el autor toma muy en serio el crimen contra el archiduque de Austria. El asesinato por lo general ha sido oscurecido por los terribles eventos que le sucedieron y apenas es mencionado como un simple incidente. Clark, en cambio, le pone mucha atención a los eventos que lo circundaron, a la personalidad del victimario y del propio archiduque, a la vida de él y de su asesino, así como a la situación por la que atravesaban los serbios en esos días.
Con un estilo intenso, casi de un thriller de novela, pero que no sacrifica su base académica y la verdad histórica, Clark nos lleva hacia atrás a partir del crimen de Sarajevo para entender no tanto el porqué de la Gran Guerra, sino más bien cómo fue que ella se fue fraguando. La consolidación del Imperio Austro Húngaro y el declive de Turquía, el progresivo desinterés de Rusia en la zona de los Balcanes, el nacimiento de los nacionalismos en la región y cómo este proceso se conectó con el resto de Europa. El mundo multipolar de la época no le será extraño a un lector del siglo XXI.
En una de sus secciones más interesantes, el libro pone al lector en contacto con una serie de personajes de segunda y tercera fila, personajes de los que nada o muy poco se había escrito, pero que jugaron un papel relevante en llevar a la sociedad europea a ese callejón sin salida que se prolongó por cuatro apocalípticos años. Tanto estos actores secundarios, como los otros más conocidos parecían caminar dormidos, llevando a todo un continente a un final del que mucho debemos aprender.
