Una amistad única
Se trata de la amistad entre Walter Benjamín (1892-1940) y Gershom Scholem (1897-1982), tal como este último la narra en su libro Walter Benjamín. Historia de una Amistad (editorial Sudamericana, Buenos Aires, 348 páginas). Como bien señalan los presentadores y traductores del libro, es una obra que “constituye un ejemplo notable de un género que bien podemos calificar de autobiografía refleja: en la imagen que le devuelven los avatares de la vida del amigo, prismatiza el autor la suya propia”.
Benjamín es uno de los pensadores más fascinantes del siglo XX, un intelectual alemán que escapa fácilmente a cualquier clasificación, y de pensamiento no sistematizado. Cercano a la escuela de Frankfurt, aunque mantuvo siempre cierta distancia de ella, lo más aproximado que podríamos decir es la de haber sido un extraordinario historiador estudioso de la cultura moderna.
Crítico literario y gran conocedor de Goethe, Baudelaire y Proust, Benjamín escribió intensamente sobre la relación entre el arte y la sociedad, y en particular con la sociedad industrial. De hecho su más célebre trabajo, de apenas 40 páginas, y que se titula La obra de arte en la edad de su reproducibilidad técnica, escrita en 1936, es una de las obras sobre estética de mayor influencia que se haya escrito, como lo es un ensayo sobre la traducción literaria.
Aunque sobre su vida se ha escrito, y él mismo en sus cartas nos revela mucho de ella, creemos que nada supera al libro que hoy comentamos.
Scholem era un inteligente adolescente cuando lo ve a Benjamín por primera vez allá por 1913 en la sala del café Tiergarten, en Berlín, donde se reunían a debatir jóvenes sionistas. Luego de varios meses de fugaces encuentros, la amistad entre ambos echa raíces y comienza a crecer vigorosamente hasta el trágico suicidio de Benjamín en la frontera hispano francesa. Al parecer no soportó la idea de que sería regresado a la Francia controlada por los nazis una vez que los franquistas lo descubrieron tratando de escapar a Nueva York donde su amigo Adorno lo esperaba.
En su libro, Scholem nos acerca a muchas intimidades de su amigo, como la de coleccionar libros infantiles o sobre sus estadías en Capri e Ibiza. Pero lo más interesante es el diálogo cultural sobre Kafka, el impacto de la sociedad industrial en el arte, la incertidumbre sobre el rumbo de la revolución rusa o la sensación de presentimiento de la catástrofe que estaba por llegar.