Una revolución necesaria
Ha habido muchos cambios de regímenes políticos en el mundo árabe, ya sea a punta de balas o recientemente por vías electorales, pero el perfil tiránico de sus sociedades sigue allí, y seguirá presente mientras esa separación total entre religión y política no se obtenga.
La reciente masacre ocurrida en París y la reivindicación hecha de ella por parte de Daesh (el así llamado Estado Islámico por sus siglas en árabe) ha puesto de relieve una vez más la imbricada relación entre la religión y el poder político, y entre estos y la cultura, de la gran mayoría de las sociedades árabes. Entre los desafíos que enfrentan dichas sociedades es romper –si se quiere– la ecuación entre religión y la esfera pública. Una comunión que ha devenido en estructuras tiránicas de poder.
Como nos recordaba el famoso poeta sirio Alí Ahmed Said Ésber, conocido por su seudónimo Adonis, en una entrevista luego de los atentados de París: “No puede haber una revolución árabe sin una separación total y radical entre la religión y la cultura, la sociedad y la política”. Lo que se necesita es una revolución en la sociedad, más que en el poder. Ha habido muchos cambios de regímenes políticos en el mundo árabe, ya sea a punta de balas o recientemente por vías electorales, pero el perfil tiránico de sus sociedades sigue allí, y seguirá presente mientras esa separación total entre religión y política no se obtenga. Más que en el poder, el problema radica en las sociedades.
Con algunas variantes y no pocos matices, el mundo europeo enfrentó un panorama similar al que viven hoy la gran mayoría de las sociedades árabes. La separación de la religión y la política no fue fácil. Fue un proceso doloroso, complejo y en parte aún inacabado, que sentó las bases tanto de la democracia como del ascenso capitalista. El núcleo de esta transformación lo ocupa ese movimiento de ideas conocido como la Ilustración que afloró básicamente en Francia, Inglaterra y los Países Bajos durante el largo siglo XVIII. Un movimiento intelectual al que debemos regresar una y otra vez para entender lo mucho que pone en riesgo tanto el nihilismo terrorista de inspiración religiosa, como las autocracias y dictaduras de corte fascista.
Es por ello que la reciente publicación del libro Una revolución de la mente, (trad. Serafín Sinosiaín, Edit. Laetoli, 2015, 226 pp.) constituye una feliz oportunidad para los lectores de habla hispana. El autor, Jonathan Israel, profesor de la Universidad de Oxford, ha escrito extensamente sobre el ala más radical de la Ilustración. El mencionado libro cuya lectura hoy recomendamos, originalmente publicado en inglés en 2010, es un excelente resumen de sus ideas al respecto. En él el autor enfatiza el papel de esa vertiente más radical de la Ilustración, y las razones por las que ha sido de alguna forma soslayada hasta hoy. (O)
