Gustavo Quinteros: El liderazgo ganador
El seleccionador Gustavo Quinteros comparte sus visiones para dirigir al equipo nacional de fútbol, el cual inició su participación en la Eliminatoria hacia el Mundial Rusia 2018 con dos victorias y cuatro goles marcados.
Compromiso, prudencia, confianza, autoestima, armonía, objetivos comunes, capacitación constante y hasta una dosis de obsesión por el trabajo... Esos son algunos de los componentes que maneja el argentino-boliviano Gustavo Quinteros como director técnico de la Selección nacional de fútbol, aunque también pueden ser valiosos para liderar cualquier equipo de trabajo, ya sea en una empresa, un departamento laboral, una asociación o un comité barrial.
“Leo mucho sobre fútbol, táctica, motivación, liderazgo. Escuché a varios exfutbolistas y a empresarios en charlas motivacionales sobre liderazgo en el fútbol y en empresas también”, indica este adiestrador a través de una entrevista realizada por correo electrónico, ya que se encuentra en reposo hasta que en pocos días le quiten la bota ortopédica que tiene en la pierna izquierda debido a que el 15 de septiembre sufrió una lesión mientras jugaba un partido de fútbol entre amigos, en una zona residencial de Samborondón.
Pero “descanso” no es una palabra apropiada para este hombre, ya que está aprovechando cada día para planear la estrategia que empleará en los próximos partidos del equipo nacional, el 12 de noviembre contra Uruguay, en Quito, y cinco días después contra Venezuela, en Caracas.
¿Qué es lo más decisivo para dirigir un grupo de deportistas?
Manejar un grupo de personas que piensan distinto es a veces complicado. Encontré un grupo de excelentes jugadores que quieren volver a cumplir el sueño de llegar a otro mundial. El deseo y el compromiso lo tenemos, ahora queda trabajar mucho para conseguir este anhelado logro (…). Las empresas tienen también un grupo de personas que quieren y deben cumplir sus metas y objetivos. Todo es trabajar en equipo.
¿Cómo comprometer a un grupo de trabajo para una causa común?
A veces se necesitan charlas y reuniones para convencer a cada uno de los integrantes de un grupo para buscar un objetivo en común. He viajado a visitarlos y hablado personalmente con la mayoría de ellos; esto ha servido muchísimo para conocerlos y que ellos me conozcan. He sido claro con todos y han entendido cuál es el mejor camino para luchar juntos en este nuevo proceso en busca del objetivo de todos los ecuatorianos.
¿Cómo obtener lo mejor de cada jugador?
Al talento hay que darle confianza, hay que buscarle el mejor lugar en el equipo, hacerlos sentir útiles e importantes dentro del grupo; de esta manera ellos están dispuestos a dar todo en beneficio del equipo cuando les toca actuar.
¿Cómo mantener la moral elevada cuando los resultados son negativos?
Hay que darle mucha importancia al juego, a la idea de juego; no hay que pensar solo en el resultado. Cuando estos son negativos no hay que cambiar, sino corregir y mantenerse firme en la idea original; motivar a los jugadores constantemente para que ellos siempre respeten el buen juego sobre todo lo demás. Los buenos resultados llegan como consecuencia del esfuerzo y del convencimiento de cada uno dentro del grupo de trabajo en realizar en el campo todo lo que se entrena, más allá de los resultados temporales.
¿Cómo mantener una armonía en el grupo?
La armonía se consigue privilegiando los objetivos de la Selección nacional sobre todos los intereses personales, individuales y de los clubes. Desde que estoy como entrenador en la Selección todos los jugadores han trabajado de manera adecuada. En el momento que debo corregir alguna situación lo hago espontáneamente en ese mismo momento, con energía, pero con mucho respeto hacia el jugador.
¿Cómo se corrige a un miembro del equipo?
Como líder de un grupo hay que tomar decisiones diariamente para resolver situaciones dentro de un equipo. Tengo muchas anécdotas y por supuesto no las haré públicas jamás.
¿Cuál es su estilo de liderazgo?
Soy una persona que tiene mucha pasión por lo que hago y trato de llegarle al jugador desde el compromiso, la exigencia, el respeto y el cariño por la institución que represento, en este caso, la Selección. Hablo bastante con los jugadores sin cruzar la línea que separa al jugador del entrenador, y sin llegar a ser distante de todos ellos.
¿A qué le atribuye su éxito como líder?
En los últimos cuatro clubes que he dirigido hemos conseguido el objetivo de ser campeón. Tengo un método de trabajo que me dio excelentes resultados y que trato siempre de perfeccionar y actualizar leyendo, asistiendo a entrenamientos de clubes importantes, hablando con entrenadores, intercambiando ideas, pensamientos, mirando videos de juegos y entrenamientos... Pero lo más importante para poder conseguir estos logros fue tener buenos jugadores. Sin buenos jugadores es difícil lograr los objetivos. Ellos son lo más valioso.
Ahora que tiene tiempo, ¿en qué piensa en lo relacionado con la Selección?
No puedo tomarme vacaciones y quedarme tranquilo. Apenas terminé el partido contra Bolivia, al día siguiente miré varias veces a Uruguay jugando en Bolivia y contra Colombia. Tal vez me volví algo obsesivo con mi trabajo, pero soy así, lo disfruto mucho, no lo tomo como una obligación; lo hago con mucha pasión. También tengo previsto analizar a Venezuela y así seguiré haciendo mi trabajo.
¿Tiene algún mensaje que suele decirles a los jugadores?
Siempre tratamos de motivar a todo el grupo de jugadores con frases o palabras que ayudan a entrar a la cancha al máximo y darlo todo por la camiseta de la Selección. Lo que merece mi atención es que veo a un equipo bien organizado con mucho compromiso por su país, su gente y con la camiseta de la Selección, y esto es algo fundamental para luchar por el objetivo de todos.
¿Qué hace en su tiempo libre?
No tengo ninguna rutina en mi vida. Disfruto mucho mirar los partidos y analizar el rival que se viene. Salimos siempre con mi esposa y mis hijos al cine, a comer; disfruto todas las actividades de ellos y veo con ellos los partidos por televisión y los llevo a la cancha, jugamos juntos y con amigos. Lamentablemente ahora me lesioné, pero tengo muchas ganas de volver a jugar pronto con ellos. (I)