Ciudadano emprendedor

05 de Abril de 2015

Durante su alcaldía, Rafael Guerrero Valenzuela entregó a Guayaquil, en 1950, la moderna obra que transformó la dotación del servicio de agua potable a la ciudad

Rafael Guerrero Valenzuela.

Si bien la fecunda trayectoria del guayaquileño Rafael Guerrero Valenzuela surge aleccionadora e incuestionable en los campos del periodismo radial, la gestión cívica, la dirigencia gremial, etcétera, su trabajo como alcalde de nuestra metrópoli es el que le permite poner de manifiesto a raudales el carácter visionario, perseverante y transformador que aún sus propios críticos le reconocieron.

Estas breves consideraciones preliminares surgen a propósito del centenario de su natalicio, que ocurrió el 8 de abril de 1915 en esta urbe, a la que el personaje amó y defendió de sus gratuitos detractores. Como hijo auténtico del solar huancavilca, Guerrero Valenzuela abrazó el ideal de servicio a la comunidad y jamás dio marcha atrás cuando hubo de velar por los derechos que se pretendieron negar a su tierra natal.

Enérgico y frontal, extrovertido y amigable, pero intransigente con el mentiroso y buscador del triunfo fácil, el personaje lideró permanentes campañas para el mejoramiento integral de la urbe y su nombre y su obra lograron el aplauso conciudadano, tal como lo tienen figuras como las de Francisco Campos Coello, Rafael Mendoza Avilés, Francisco García Avilés, Asisclo G. Garay y otros alcaldes de etapas recientes.

Obra transformadora

Cuando Rafael Guerrero Valenzuela ejerció la presidencia del Concejo Cantonal (1947-1949) y enseguida la Alcaldía de Guayaquil (1949-1950), entre las obras prioritarias que emprendió para favorecer el desarrollo de la ciudad está la de la planta de purificación de agua potable para el nuevo aprovisionamiento de la ciudad, fue en la que puso mayor énfasis. Él, como anterior concejal del Ayuntamiento porteño, ya conocía la necesidad de impulsarla y de allí entonces su empeño.

Felicitaciones de Jaime Roldós Aguilera.

Con el presidente Galo Plaza Lasso.

Cuando fue gobernador del Guayas.

Además resultaba notorio que el antiguo servicio de agua potable en función a partir de la última década del siglo XIX, desde el sitio de abastecimiento Agua Clara, cerca de Bucay, gracias a la acción precursora de Francisco Campos Coello, continuaba arraigado en el sentimiento guayaquileño, pero demandaba un mejoramiento por las continuas interrupciones debido a su deterioro. Guayaquil crecía y la dotación de agua potable era una acción urgente.

Cuerpos edilicios que estuvieron en funciones antes del que presidió Guerrero Valenzuela hicieron muchas gestiones para hacer realidad el anhelo ciudadano de gozar de un moderno servicio de abastecimiento. Por eso los nombres de Rafael Mendoza Avilés, Víctor Emilio Estrada, Leonidas Ortega Moreira y otros que sería una injusticia olvidar.

 

Los primeros pasos

La añorada obra por los vecinos del puerto principal tuvo varias fases: en 1914 la compañía J. G. White propuso la captación de las aguas del río Daule para abastecer a esta ciudad. Con un préstamo del Export Import Bank comenzaron los estudios para concretar los planos definitivos de la obra. Rafael Mendoza Avilés, presidente del Concejo Cantonal, el 9 de octubre de 1946 firmó el contrato con la compañía Frederick Snare Corporation y firmas asociadas...

El 22 de mayo de 1947 el presidente del Cabildo en funciones, Rafael Guerrero Valenzuela, suscribió el contrato de préstamo por 4 millones de dólares con el Export Import Bank para emprender la obra, que comenzó a ejecutarse a finales de ese año. En junio de 1950 una ampliación de préstamo por 1 millón 300 mil dólares que concedió la misma institución bancaria, permitió dar los toques finales a la construcción.

Grata realidad

El propio alcalde Rafael Guerrero Valenzuela, en su discurso de inauguración de la planta del sitio La Toma, vía a Daule, el martes 10 de octubre de 1950, acto al que asistió Galo Plaza Lasso, el presidente de la República, y quien tomó el primer vaso de agua junto con el personero municipal, consignó que “una de las obras más grandes y que había sido el anhelo del pueblo guayaquileño había llegado a su etapa final...”.

Asimismo, en gesto de gratitud para sus antecesores y los colaboradores de su administración, dijo que “la obra que ahora se termina y que ha sido inaugurada, no es obra suya como alcalde que le ha tocado presidir las gestiones municipales, ni tampoco de los señores ediles; pues sin el esfuerzo de toda una gran generación que puso todo su corazón y entusiasmo, la obra no hubiera llegado a su culminación...”.

Así pues, la moderna obra del abastecimiento de agua potable para Guayaquil que entraba de lleno en crecimiento urbano, sugiere el aplauso a la labor del alcalde Rafael Guerrero Valenzuela, quien incluso tuvo que responder los ataques de adversarios políticos como Carlos Guevara Moreno, uno de los que negaba las ventajas de esta obra que con los necesarios cambios y actualizaciones cumplirá 65 años de su apertura. (I)

 

Rafael Guerrero Valenzuela

(Guayaquil, 08/04/1915- 18/05/2008)

Hijo de Alberto Guerrero Martínez y Elena Valenzuela Plaza.

Hizo periodismo escrito en diario El Telégrafo, La Cancha, La Mañana, y radial como narrador y comentarista deportivo en la Compañía Radiodifusora del Ecuador, CRE, de la que fue director y gerente propietario.

Concejal y primer alcalde de Guayaquil, pues la anterior denominación del cargo era presidente del Concejo Cantonal, cargo que también ejerció.

Fundador, dirigente y presidente de varios gremios: Unión Nacional de Periodistas del Guayas, Círculo de Periodistas Deportivos del Ecuador, Asociación Interamericana de Radiodifusión (AIR), Asociación Ecuatoriana de Radiodifusión (AER), etcétera.

Gobernador del Guayas por dos ocasiones. En 1967 dio a conocer el libro Misión del periodista contemporáneo: en el periódico, la radio, la televisión.

Doctor Honoris Causa por la Universidad de Guayaquil, también recibió importantes condecoraciones del Gobierno del Ecuador, gremios y entidades representativas. La Municipalidad le entregó la presea Al Mérito Cívico en 1980 y la Junta Cívica de Guayaquil la medalla José Joaquín de Olmedo en el 2001.

Fue representante de los Medios de Comunicación Colectiva en la Cámara de Senadores, director regional del Seguro Social, cónsul del Ecuador en Houston y San Francisco y funcionario de las Naciones Unidas como experto en Administración Municipal en Asunción, Paraguay.

 

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