S A LU D re vista 33 ......................... consecuente estrés severo que afectará su sistema inmune y disminuirá sus capacidades, lo que puede acelerar el cuadro. También hay otros que no deben saberlo sino en sus estados finales, porque la noticia podría acelerar el dese nlace. Además es posible, dice la psiquiatra Julieta Sagnay, directora de la Clínica de la Conducta, que los enfermos en estado catastrófico o de gravedad presenten algún grado de depresión, angustia y miedo. Estos sentimientos son reacciones normales ante una experiencia que altera la vida de este individuo. También hay que considerar, agrega, que toda pérdida involucra un proceso de duelo. En algunas personas, el divorcio, la muerte de un ser querido o la falta de salud física, ante la noticia, pueden presentar shock emocional que se caracteriza por incredulidad, negación, inhibición, perplejidad, P aturdimiento, incertidumbre. Incluso, los familiares presentan estos sentimientos y es posible que sientan enojo o frustración por “no poder hacer lo suficiente”. Generalmente, cuando se tiene una enfermedad grave, explica, es normal afligirse, pero si la persona ha estado triste durante un gran tiempo o tiene problemas para sobrellevar el padecimiento o las actividades cotidianas, puede que padezca de depresión clínica. Cuando el paciente entre en estados de depresión, menciona Jácome, es necesario buscar estrategias que ayuden a levantarlo. Por ejemplo, la visita de amigos y familiares cuya presencia es agradable y placentera, personas que le alegran la vida con buenas noticias. “Al levantar el ánimo del paciente, le estamos ayudando emocionalmente, permitiéndole por lo tanto que sus defensas suban y mejore el cuadro de su salud física también”. Crisis y actitud En cada paciente, dice Sagnay, el dolor que sienten por estar enfermos se manifiesta de manera diferente y no siempre es con llanto, también puede presentar irritabilidad, crisis de angustia, agitación o hasta ideas suicidas. Este cuadro puede ser de intensidad leve, moderada o grave y dependerá de las variables de personalidad e historia de salud mental previa, de los antecedentes psiquiátricos, de la discapacidad física y los rasgos de personalidad. Muchas enfermedades, por ejemplo, como la insuficiencia renal y el hecho de estar conectado a una máquina para seguir viviendo, implican sentirse dependiente. Entonces, si no puede lidiar con la depresión que le produce estar dependiendo de los demás, es necesario que busque asistencia de un psiquiatra, ya que existen medicamentos que estabilizan el estado de ánimo e incluso se puede combinar el método farmacológico con la ayuda terapéutica para que pueda finalizar el tratamiento. En realidad, menciona Rodríguez, con ninguna enfermedad grave los pacientes tienen una buena actitud. Existe una condición atribuible a todas las patologías crónicas que se llama negación, incluyendo un rango de desórdenes, entre ellos, el abuso de drogas. Si se supera la negación, teóricamente se podría establecer una mejoría. Sin embargo, en el abuso y dependencia a las drogas a pesar de haber aceptación, igual recaen, y otros quienes nunca la aceptan, m e j o ra n . Según López, los niños en estas condiciones de salud, y en especial cuando se encuentran en actitudes negativista, opositora o desafiante, hay que dejarlos que hagan el gasto emotivo del momento acompañado de una buena sigue ›› ESPECIAL de la revista 33
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