S A LU D viene ›› cosas 28 28 la ESPECIAL re vista de la revista ......................... que antes hacía como robot diariamente, incansablemente; ahora estas pueden esperar porque mi cuerpo es primero. ¿En qué momento decidiste raparte por completo? Me lo rapé porque ya se me estaba cayendo, ya me molestaba; hasta eso jugué un poco con diferentes estilos de cortes de pelo; confieso que me divertí mucho. Un día le dije a mi hermano: “¿Tienes una rasuradora eléctrica? Espérame en el patio con una silla...”. Y así fue, y él me acolitó que yo lo rapara a él después. Te digo la verdad, yo pienso que lo único que he perdido por esto es el pelo (ríe). Mi actitud ante esto es “qué rico es no tener pelo, me baño en dos minutos y se siente liberador”. Yo al menos le doy la vuelta a las cosas increíblemente, veo la oportunidad o la ventaja en cualquier cosa que “no es buena”. ¿Crees que te ha caracterizado, “darle la vuelta a las cosas”? Siempre he sido una persona muy, muy positiva, nunca he sido nerviosa, soy bastante descomplicada, al punto que tenía este fibroma en el cuerpo y me descuidé. Vivía demasiado de prisa y pensando en el mañana sin pensar muchas veces en el presente y relajarme más. He tenido que ordenar mi vida. Esa es una de las cosas que la enfermedad me está dando. ¿Qué más te está enseñando la enfermedad? Es impresionante, toda la vida me he despertado saltando de la cama, con una energía enorme. Y ahora la he tenido que volcar a otras cosas, estoy aprendiendo a pausar un poco y hacer de esto una experiencia nueva. Para mí es una oportunidad más allá de una situación preocupante, para replantearte las prioridades en tu vida, para alguien como yo, que vivía muy rápido, muy precipitado y siempre pensando que “no pasa nada”. En cada quimioterapia pienso si me están matando mis células, entonces de mi mente y de mi actitud van a nacer cosas nuevas; es como un renacimiento del cuerpo sin querer. La vida te enseña a veces a golpes, porque para mí esto es un golpe amable que te llama la atención y te dice: “Hey, estás viva, tienes que arreglar esto”. Para poder hablar de salud, es necesario considerar también las emociones. Y el espíritu. ¿Crees que las enfermedades son emocionales? Definitivamente. Mucha gente me dice: “Tú que eres deportista, ¿cómo te puede haber pasado e s to ? ”. Pero no entienden el fondo que yo entiendo, la parte emocional y espiritual que se traduce al cuerpo físico. Yo vivía sola, un poco aislada y me sentía que todo lo podía. El cáncer es una enfermedad familiar y de “tribu” que nos enseña tanto a los pacientes como a todos los que nos rodean y nos estiman. Hay que tener humildad para dejarnos cuidar y dejar que otros se preocupen por nosotros, así como para entender que es tiempo de resolver situaciones y emociones pendientes como son miedos, sentimientos no expresados, frustraciones, etcétera. Por eso yo lo llevo como lo llevo, porque lo comprendo, le veo un sentido. Tuve que pasar un proceso de perdón conmigo misma y estar a la vez muy agradecida por la vida. Hay veces en que uno toma por sentada la salud. Debemos empezar a resolver las emociones antes de que se manifiesten como e nfe rmedad. “No tengo pelo, pero hoy voy a ponerme el pañuelo más lindo que tengo”, dice Alexa, quien busca transmitir esa actitud y valentía a sus seres queridos.
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