Indispensable superación: Cambios que vienen bien
“En la actualidad El Fortín va recuperando su buena fama. La nueva carta podría atraer a los antiguos clientes, fomentar la llegada de nuevos comensales”.
Mientras La Canoa recibe un promedio de mil visitantes al día, el restaurante El Fortín del Hotel Continental mantiene cierto prestigio a pesar de haber cruzado momentos difíciles cuando falleció quien fuera mi buen amigo: Emilio Bruzzone. Lo anecdótico del asunto es que estuvimos distanciados durante seis años, pues Emilio se había enojado mucho por una crítica algo severa de Epicuro dirigida precisamente al restaurante El Fortín. Hombre a veces impredecible, de carácter fuerte, gran capacidad laboral, un buen día me llamó por teléfono, me invitó a saborear un plato especial de albacora, nos dimos un abrazo y volvimos a ser los mejores amigos del mundo.
Lo que pocas personas recuerdan es que La Canoa nació cuando Assad Bucaram prohibió que en las famosas carretillas se vendiera comida. Fue por esta razón que Emilio Bruzzone decidió crear un sitio donde se podría seguir comiendo aquellos platos típicos.
En la actualidad El Fortín va recuperando su buena fama. La nueva carta podría atraer a los antiguos clientes, fomentar la llegada de nuevos comensales. Epicuro no puede probar todos los platos de los sitios que visita, suele exponer su criterio basándose en especialidades probadas.
La bouillabaise, típico plato francés, es una sopa de pescado con mariscos que llega con una rebanada de pan frotado con ajo cubierta con una salsa llamada la rouille (en realidad se trata de una mayonesa elaborada con yemas, mostaza de Dijon, aceite de oliva, ajo, azafrán). El plato logra una untuosa delicadeza apegada a la receta original.
Luego escogí Travesía por aire tierra y mar, compuesto de cerdo en salsa de tamarindo, chuletas de cordero, corvina al grill con ostras marinadas en balsámico flameadas con vodka, langostinos con aguacate en salsa golf y maracuyá, pulpo al carbón, risotto con champiñones silvestres, enrollados de pollo con hongos porcini y tomates deshidratados, más un bocadillo de lomo fino muy tierno llamado bombón. Este combo de 8 piezas facturado en $ 37 es para dos personas, nos da un precio promedio razonable, permite que ustedes prueben una gran variedad de sabores.
Otro combo, para mí menos interesante, se llama Fondamentale per la Italia, incluye risotto con frutos de mar y camarones, lasaña, canelones, espagueti en salsa de albahaca y ravioles. Lo interesante de este plato puede ser quizás su precio ($ 18).
Aconsejo que llegue bien caliente, es decir, a la temperatura adecuada, lo que no fue el caso aquella noche. Probé también un magret (lomito) de pato probablemente de Chivería en una excelente salsa, pero no tan tierno. Quizás el secreto sería una cocción muy lenta (un par de horas) y al vacío para obtener una carne definitivamente tierna.
La carta o minuta de cubierta dura y bien encuadernada propone todos los platos con su debida fotografía: ensaladas variadas de muy buen aspecto y frescura, la gratinée Lyonnaise (cocido de res gratinado con parmesano), ostras, cebiches, pangora, langostinos, langosta termidor, los clásicos platos italianos. Podría ser la sinfonía de carnes a la parrilla ($ 22).
Mi postre fue un impecable crepe Suzette con helado de la casa hecho por un maître de grande clase. Buena carta de vinos a precios razonables.
El Fortín vuelve a ser una buena opción para un almuerzo, una cena. Personal atento, un maître acogedor; han reajustado sus precios, lucen un hermosos ambiente, se volvió de nuevo muy interesante.