Regreso muy grato: Entre carnes y verduras
“El tepanyaki que ofrecen en el mezzanine es buena opción para todos, especialmente para los vegetarianos que podrán apreciar brotes de soya, champiñones, legumbres y verduras diversas todo saltado con buenos aliños”.
Mi pasión por la ortografía me lleva a mirar con cierto malestar aquella fussion hipertrofiada con doble ‘s’ y me pregunto si merece todavía ser acentuada en la ‘o’. Poniendo a un lado inquietudes de semántica lingüística no escribiré con k el nombre de Angélica Santamaría. Ella y su esposo Boris siguen recibiendo a sus comensales con la misma gentileza que les conocí desde los inicios. Al cambiar de local pudieron incrementar el confort para su caudal de clientes.
El tepanyaki que ofrecen en el mezzanine es buena opción para todos, especialmente para los vegetarianos que podrán apreciar brotes de soya, champiñones, legumbres y verduras diversas todo saltado con buenos aliños. Los inmigrantes chinos no conformes con la comida de los EE.UU. crearon el chop suey que encontré escrito de muchas maneras en tantos sitios (chop swey y hasta chapsui). Es una mezcla de verduras y carnes salteados con soya. Los gringos lo veían al inicio como un montón de sobras picadas y asadas, pero pronto se volvió muy popular.
El tepanyaki permite asar rápidamente carnes y verduras utilizando una plancha de acero llevada a alta temperatura. Se presta para la convivialidad cuando, como en el caso de Fussion, ocho personas a la vez pueden compartirlo, pero también recibirlo en su mesa de la planta baja. Pienso que aquí la fórmula mar y tierra se impone: verduras, trozos de lomo y de pollo, camarones o langostinos cocidos muy rápidamente conservan su textura propia y su sabor. Pueden acompañarlos con un Carmenere. Tenía prejuicios con Casillero del Diablo hasta que vi sus diversos productos alcanzar gran calidad. Lo consideran como best value, es decir de excelente relación calidad premio, lo probé en Fussion, le encontré un sabor dominante de cassis, taninos redondos y buen final en boca. El Malbec 2009 recibió de Parker unos 90 puntos.
Como entrada podrán escoger las uñas de cangrejo. Son de buen tamaño, van dos por persona, pero a lo mejor preferirán una entrada variada como la llamada Plaza Lagos: incluye un chop suey de scallops, pulpo crocante, tortilla de verde rellena con cangrejo, pedacitos de lomo. Esta copiosa entrada para dos personas cuesta $ 20,50. Su plato fuerte puede ser el del tepanyaki o el delicioso atún blanco en costra de albahaca ($ 14,36) acompañado con una ensalada fresca de aguacate, el chateaubriand cocido en salsa de vino y mantequilla ($ 22,25) o el salmón en costra de sal.
El chateaubriand es un lomo muy espeso para gente de buen apetito, fue creado por Montmirail, cocinero del escritor francés Chateaubriand, era el plato preferido de Napoleón Bonaparte. Tiene también las posibilidades del sushi, pero fuera del California o del Philadelphia pidan el volcán, el camarón tempura (es decir de fritura ultrarápida) todo con el picantísimo wasabi.
El personal suele ser atento, Wilhem Alejandro sirve ahí desde hace bastante tiempo y conoce cada plato, sabe describirlos a cada cliente. Curiosamente no siempre es fácil conseguir estacionamiento muy cerca, a pesar de que la zona puede recibir a más de un centenar de vehículos. Es que son muchos los restaurantes instalados aquí.
Como postre pueden optar por la tarta de peras en almíbar servida con un helado de vainilla, el pastel de limón, los diversos cheese sakes. Terminen con un cálido café expreso.
La mejor carta de presentación de Angélica Santamaría la obtuvo cuando se convirtió en el alma del restaurante Tambo.