Restaurantes que fallan: Opiniones diversas
“A veces una crítica favorable mía no coincide con la opinión de ciertos clientes. En este caso llamo la atención del dueño, le hago llegar copia de los mails”
Ser crítico gastronómico no es tarea fácil porque es imposible estar a lo largo del año en todos los sitios de buen comer. Unos despegan como cohetes, alcanzan éxito de asistencia; otros, a pesar de anunciarse con bombos y platillos, nunca logran conquistar el gusto del público.
La lista de los locales que han desaparecido al poco tiempo de haber nacido es casi interminable. Cuando mis lectores reclaman, lo que no sucede con tanta frecuencia, analizo sus críticas, suelo contestar personalmente con caballerosidad. A veces una crítica favorable mía no coincide con la opinión de ciertos clientes. En este caso llamo la atención del dueño, le hago llegar copia de los mails. Me sucedió hace poco con Mancorita en Durán, pues la señora María Carmen Donoso enumeró las fallas ocurridas durante su almuerzo.
Leandro Maldonado, chef y propietario, me contestó reconociendo los errores: “Sinceramente, el día de ayer (domingo 22 de mayo) se nos fue de las manos el servicio. Llegaron ríos y ríos de gente a Mancorita por lo que usted escribió. Sinceramente, lo que proyectamos vender y para lo que estábamos preparados sobrepasó nuestras expectativas. Fue una tarde terrible. Nos comunicaremos de inmediato con la señora Donoso”. Pues me parece que así tiene que funcionar. Los juicios siempre deben ser analizados con serenidad, pues prima el diálogo.
Las críticas al restaurante El Corte, recién recibidas, no tienen para mí fundamento, la carne importada puede ser cara, pero no se puede negar su calidad; quien la escoge sabe que le costará mucho más que un bife nacional. Admito que pueden surgir escasas excepciones.
¿Que Zerú no tiene variedad? Es otro punto discutible, más vale una carta corta con calidad que una lista interminable de platos mediocres. ¿Que Positano sirve cangrejo gratinado con parmesano y no es un plato italiano? ¿Y quién pretende que no lo sea? Lo comí en Orvieto como gratinato al caprino. Que se diga fettuccine, fettuccini o se escriba fetuchini es punto para mí de poca importancia, igual puedo escribir güisqui. ¿Que el servicio es muy lento? Depende del nivel de afluencia y de los platos escogidos. Uno va al restaurante para conversar, tomar un buen vino, esperar un tiempo prudencial.
Donde Benvenuti da Mauro, Riviera o Casa di Carlo la pasta se cocina al instante, se sirve con la salsa escogida. Si andan con prisa les conviene la fast food. Ciertos sitios de larga trayectoria logran tener una cocina excepcional, el mejor personal de servicio (El Gourmet, Hotel Hilton, Hotel Ramada, Hotel Sheraton, Il Buco, entre otros). Sal y Pimienta mantiene platos preparados, postres, sándwiches de excelente calidad.
Cuando me topo con un restaurante de muy mala calidad, evito escribir, me comunico con el dueño. Es verdad que se nota una crisis, pero sitios como Sweet & Coffee, Sailor Coffee o Frutabar no la sienten porque no presentan a sus clientes cuentas abultadas. (O)