Perder el año antes de iniciarlo
Avanzar en la calidad de la educación desde la primera infancia es clave para mejorar el proceso de formación de habilidades cognitivas, socioemocionales y físicas de los jóvenes, según un reporte local.
Ecuador está recogiendo los frutos de haber puesto a la educación entre sus prioridades de política pública. Así lo señala el Reporte de Economía y Desarrollo (RED 2016) Más habilidades para el trabajo y la vida, del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), que resalta, por ejemplo, los importantes progresos en la ampliación de la cobertura escolar en todos los niveles educativos experimentados en la última década. La tasa de matriculación bruta en preescolar alcanzó al 94% de los niños y en el caso de la primaria fue casi del 100% (datos a 2013).
En cuanto a la cobertura de la educación secundaria, a principios de la década pasada Ecuador se encontraba muy rezagado respecto al promedio de la región. En 2003, por ejemplo, solo el 70% de los jóvenes entre 12 y 18 años asistía a un establecimiento educativo. Desde entonces se produjo una fuerte convergencia con el promedio de América Latina. En el transcurso de 10 años, la cobertura para este grupo de edad aumentó un 22%, alcanzando el 85%. En este periodo, Ecuador hizo mayores progresos que el promedio de América Latina, según el cual, en 20 años la cobertura de la educación secundaria aumentó un 16%, alcanzando un 80%.
Si bien la cobertura en el nivel secundario se encuentra por encima del promedio de la región, todavía hay un 15% de estudiantes entre 12 y 18 años que no asiste a un establecimiento educativo. El nivel de desersión es muy alto, la tasa de finalización del nivel secundario es bajo: solo el 55% de los jóvenes ecuatorianos logra culminar la secundaria.
Asegurar un buen fin
Una tarea pendiente en Ecuador, al igual que en toda la región, es la de mejorar la calidad educativa para potenciar el desarrollo de habilidades cognitivas, socioemocionales y físicas de los jóvenes. Esto se refleja, por ejemplo, en el bajo rendimiento en pruebas de conocimiento estandarizadas, como las Terce, las cuales ubican a Ecuador por debajo del promedio de los países de la región.
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“Una de las dificultades es que muchos niños ya entran con habilidades muy bajas. Además, estas habilidades se encuentran muy desigualmente distribuidas en la población. Por ejemplo, los niños de 5 años que viven en familias del cuartil más pobre de la población tienen un desarrollo verbal que equivale a un retraso de aproximadamente 14 meses respecto a niños de igual edad que viven en hogares del cuartil más rico, de acuerdo con estimaciones obtenidas de la Encuesta Longitudinal de Salud y Desarrollo Infantil”, afirmó Lucila Berniell, economista principal de la Dirección de Investigaciones Socioeconómicas de CAF.
Para fortalecer el desarrollo de habilidades tempranas, antes del ingreso a la educación formal, el RED 2016 resalta la importancia de mejorar la calidad de la educación en la primera infancia. Proveer ofertas educativas de alta calidad en esta etapa es fundamental, sobre todo para complementar los esfuerzos de las familias más vulnerables en la formación de habilidades de sus hijos y, así, nivelar el terreno de partida, sentando las bases de la equidad.
“Estudios recientes reseñados en el RED 2016 muestran que la calidad de los servicios provistos en los centros de educación infantil en Ecuador debe mejorar, ya que se encuentran por debajo de los estándares mínimos requeridos. Las mayores falencias se presentan en las dimensiones de la calidad del servicio que ayudan más al desarrollo cognitivo y del lenguaje, y menos en aquellas que son más importantes para el desarrollo socioemocional de los niños”, agregó Berniell.
Por último, el reporte señala que aunque el aporte de las instituciones educativas es de vital importancia en la formación de habilidades de los jóvenes, también la familia y el entorno físico y social son determinantes. (I)
Fuente: Banco de Desarrollo de América Latina (CAF)