Elena y Helena
Mañana lunes 20 de octubre es el día dedicado a reconocer la titánica labor en la que se debaten, entre ollas, el fuego y los sartenes, esos seres especiales que son los supercocinerazos.
Ellos como buenos amantes de la cocina se deleitan en la perfecta armonía y combinación de texturas, sabores y colores, y la mayoría se regocija en preparaciones con productos típicos de su región o país. Generalmente son neuróticos pero felices…
En esta fecha que se conoce como el Día Internacional del Cocinero y que la instauró hace diez años la World Association of Chefs Societies, o sea, la Asociación Mundial de Chefs, permítanme presentar mi homenaje de admiración y respeto a Elena y Helena, estas valientes cocineras que derribando toda clase de barreras en este mundo dominado por el Club de Tobi, se han alzado con el cetro y la corona.
Elena Arzak, española, es la primera mujer declarada la Mejor Cocinera del Mundo, en el año 2012, y ahora es Helena Rizzo, una guapísima exmodelo brasileña que primero fue elegida la Mejor de Latinoamérica y después la Mejor del Mundo. ¡Aplausos! Sonados aplausos para ambas.
¿Y por qué hablar aquí de los cocineros? Simple, porque aquí también se evidencian los buenos modales.
• Hay chefs privados, corporativos, personales, del club, de hotel, restaurante, de empresas, de cafeterías, para eventos, y ahora los hay a domicilio. Son sus habilidades y técnicas puestas al servicio de la salud las que se festejan en un buen balance nutricional. Felicitarlos es un halago que será muy bien recibido.
• No es lo mismo el chef de un navío que el de un avión; ambos hacen lo mismo en circunstancias totalmente distintas, pero con gusto, con clase, logrando si se quiere verdaderas obras maestras. Si usted ha sido invitado a hacer una travesía en el yate de sus amigos, simplemente agradezca con cortesía al jefe de cocina. Eso demuestra sus buenos modales.
• Al del avión le puede enviar una notita, porque ese chef se quedó en tierra.
• En un restaurante de categoría es muy común que el chef interactúe. No hay que darle propina. Eso sería una especie de ofensa. Los cocineros profesionales tienen salarios similares a los de los gerentes bancarios. Descanse sus cubiertos, levante su mirada y felicítelo.
Un abrazo, aunque suene a lugar común, a todos mis colegas. Abrazo también a todos los boulangeries por hacer del pan esa delicia de cada mañana.