Avances en psoriasis
El 29 de octubre se conmemora el Día Mundial de la Psoriasis. Existen nuevos tratamientos para el control de la enfermedad.
La psoriasis es una enfermedad inflamatoria crónica de la piel no contagiosa, pero con un gran impacto físico-emocional, especialmente en los casos más acentuados, debido a sus características lesiones de placas rosadas cubiertas con escamas.
En la mayoría de los casos están localizadas en áreas muy evidentes (cuero cabelludo, codos y brazos). Por ello, algunas personas sienten que los síntomas interfieren con sus actividades, como el trabajo, eventos sociales y relaciones personales.
Además de los síntomas cutáneos pueden desarrollar artritis psoriásica, combinada con inflamación (hinchazón) y dolor en las articulaciones. Otra manifestación poco usual y casi siempre inadvertida son las lesiones en la mucosa oral, especialmente en el paladar o la lengua.
Congreso en París
Datos presentados en el 4º Congreso Mundial de Psoriasis, desarrollado en París en julio pasado, recomiendan un control adecuado de esta enfermedad para reducir el riesgo cardiovascular, ya que en los últimos años se ha encontrado en pacientes psoriásicos una mayor prevalencia de diabetes (azúcar en la sangre), dislipidemias y obesidad, sin precisar si esa relación es patogénica o coincidente.
Dato
La psoriasis moderada y grave
AFECTA
a más del 20% de pacientes en el mundo
Lo que sí se conoce es que hay un complejo proceso inflamatorio sistémico general y de carácter autoinmune, mediado por linfocitos T. Incluso, estudios recientes dicen que las enzimas cinasas también desempeñan un papel fundamental en las vías de señalización intracelular implicadas tanto en la proliferación celular como en la inflamación.
Debido a todo lo anterior puede entenderse la psoriasis como una “enfermedad sistémica con manifestaciones cutáneas” o, lo que se conoce desde hace algún tiempo, que la piel más que una barrera física es un componente determinante del sistema inmunológico y que a partir de ella se generan reacciones en otros órganos.
Nuevos tratamientos
Su manejo muchas veces requiere de un equipo multidisciplinario presidido por el médico dermatólogo para tratar no solo las lesiones cutáneas, sino las enfermedades asociadas.
Aunque siguen siendo de utilidad los tratamientos con metotrexato, fototerapia, retinoides, calcipotriol, dermocorticoides e incluso láser, en la actualidad destacan los llamados medicamentos biológicos, los cuales actúan bloqueando a las células T o a los mensajeros químicos de estas.
Asimismo, según un artículo publicado en las Actas Dermo-Sifiliográficas (edición inglesa) de mayo de este año, está en estudio el uso del Tofacitinib, un inhibidor de las cinasas Janus, de utilidad en la artritis reumatoidea, que sería el fármaco con investigación más avanzada y de resultados prometedores que va a permitir un tratamiento vía oral o tópico de la psoriasis.
Aunque esta enfermedad no tiene un tratamiento curativo, hay que mantener una actitud positiva. Los resultados que se obtienen con el método permiten sostener un mejor índice de calidad de vida, lo cual constituye un pilar fundamental en el manejo de estos pacientes, según se insistió en París.
Problemas renales
Una nueva investigación que publica el British Medical Journal sugiere hacer un seguimiento más estrecho de los problemas renales en pacientes con el 3% o más de su superficie corporal afectada por psoriasis, para ayudar a detectar y tratar los primeros signos de la enfermedad renal. Además sugiere tener mucho cuidado con los medicamentos que pueden causar afectación renal en esta población de pacientes en situación de riesgo.
Investigadores de la Universidad de Pennsylvania (EE.UU.) también realizaron un análisis a 8.731 pacientes con psoriasis con mediciones de superficie corporal afectada emparejados con 87.310 pacientes sin psoriasis. Mostró resultados similares: un mayor riesgo de enfermedad renal crónica con enfermedad moderada y grave, según www.20minutos.es.