Curar con energía

Fortalecer las células enfermas de manera natural con imanes o máquinas electromagnéticas ayuda a restablecer el cuerpo.

Uno de los tratamientos de la medicina alternativa que ayuda a curar ciertas enfermedades es el uso de magnetos. Son imanes de diferente potencia que se colocan en puntos específicos del cuerpo y crean un campo de inducción magnética que armoniza los órganos enfermos y proporciona salud.

Según el psiquiatra Óscar Bonilla, el uso de dos imanes, uno negativo y otro positivo, permite destruir a los virus, bacterias, hongos y parásitos que son responsables de algunos males, ya que los imanes armonizan el pH (potencial de Hidrógeno).

Este método se conoce como Par Magnético o Biomagnetismo Médico y fue investigado, desde 1988, por el médico mexicano Isaac Goiz Durán. “Ayuda en el tratamiento de un sinnúmero de enfermedades como el lupus eritematoso, síndrome de Sjögren (que afecta a las glándulas exócrinas), la fibromialgia, psoriasis, entre otras”.

Bonilla agrega que el número de sesiones para tratar y curar una enfermedad es variable según la patología. Incluso, después de la curación se debe realizar un control, sobre todo en las enfermedades crónicas, una vez cada quince o treinta días, en tiempos distintos.

¿Es peligroso o no?

La aplicación de imanes en la mayoría de las personas no es peligrosa. Sin embargo, dice Bonilla, se debe evitar su uso sobre áreas donde tengan colocados marcapasos o implantes de prótesis metálicas, porque interfieren en su funcionamiento. No así en otras partes del cuerpo.

“Es importante señalar que todos los diagnósticos realizados por este método son comprobables por los laboratorios y equipos de alta tecnología”, asegura.

Pulsos electromagnéticos

Según el francés Laurent Schidler, experto en tratamientos con campos electromagnéticos, para curarse de alguna enfermedad maligna o que produzca mucho dolor, lo ideal es buscar la solución sin el empleo de productos químicos que sean agresivos y destructivos.

“Esto se lo puede obtener con un aparato médico en el que se usa pulsos electromagnéticos llamado Papimi, que trabaja con 100 mil voltios por centímetro, que es la carga eléctrica que las células tienen. Pues trabaja sobre la pérdida de desequilibrio interno que se tiene en el cuerpo y que crea a su vez un síntoma a nivel de los órganos y células”.

Este método, dice Schidler, lo que hace es restablecer el equilibrio perdido y el síntoma desaparece. También, agrega, trabaja a nivel de regeneración celular, igual que las salamanquesas que pueden regenerar sus extremidades arrancadas.

La máquina lleva más de 30 años de investigación y fue desarrollada en Grecia por Panos T. Pappas, un catedrático de Física de Atenas. Con esta se recupera la salud sin efectos secundarios. Incluso, ayuda a destruir los tumores de forma selectiva orientada al cáncer.

También se sabe que las células malignas pierden su carga eléctrica y empiezan a bajar sus nutrientes, y al notar que se están muriendo intentan sobrevivir y se reproducen rápidamente. Una célula sana tiene una carga eléctrica elevada de 70 milivoltios y una enferma está por debajo de los 30 milivoltios por eso se considera cancerosa. Entonces, agrega, este dispositivo eleva la carga eléctrica de la célula con lo cual se reduce la proliferación del cáncer.

“El Papimi emite micropulsaciones en nanosegundos (menos de una millonésima de segundo), y produce una onda electromagnética que puede penetrar hasta 15 cm de profundidad en la zona afectada en el cuerpo y detiene la proliferación incontrolada de la célula maligna”, asegura Schidler quien estuvo en Guayaquil en el mes de abril entrenando a profesionales en el Centro de Terapias Naturales– Cenatu.

Bioelectroterapia

También existe otra máquina de fabricación alemana que aprovecha esta diferencia de carga eléctrica celular llamada BET- 7 Bioelectroterapia. Schidler es el creador y dice que se pone en la zona del tumor mediante un catéter y electrodos de platino o mediante electrodos superficiales sobre la piel.

Esta también permite destruir los tumores de forma selectiva sin efectos secundarios, porque este tipo de corriente eléctrica es capaz de crear un entorno muy ácido, lo que destruye sus células malignas o las “quemaduras” que los convierte en necróticos, es decir en tumores muertos. Esta máquina es utilizada en la seguridad social en Alemania, Rusia y China. (S.M.de.C).