‘En el corazón del mar’: Ficción y realidad

Por Paula Tagle
31 de Enero de 2016

“Por tres días las tres pequeñas embarcaciones permanecieron en el área rescatando seis tortugas galápagos, armas, madera para improvisar mástiles y velas”.

La película en mención se basa en un libro del mismo nombre, del autor Nathaniel Philbrick, publicado el 2000. Es la historia del último viaje del barco ballenero Essex que navegó incluso por aguas galapagueñas, influyendo en el destino de especies, hasta su trágico final en manos de un cachalote.

Este barco de 26,7 metros de eslora, con cuatro botes balleneros de 8,5 metros cada uno, zarpó de Nantucket (Massachusetts) en agosto de 1819 con 21 tripulantes. En aquellos años ya era bastante difícil encontrar cetáceos en el Atlántico, y los balleneros tenían que dar la vuelta al temido Cabo de Hornos para adentrarse en aguas cada vez más profundas y alejadas en el Pacífico.

El Essex se aprovisionó de agua en Atacames (provincia de Esmeraldas) para continuar a las Galápagos, donde capturó 280 tortugas gigantes. Los tripulantes debían embarcar tres por día, con pesos promedio de 80 libras, incluso cogieron una de 600 libras.

Estos reptiles eran apetecidos en largas navegaciones, por su capacidad de vivir hasta un año sin agua y comida, y se convirtieron en una fuente importante de abastecimiento para los balleneros.

En octubre 22 de 1820, el Essex llegó a la isla Floreana, donde uno de los timoneles prendió una fogata que se salió de control, causando un incendio que duraría varios días. Se cree que fue la causa de la extinción de la especie de tortuga y del cucuve únicos allí.

El Essex siguió su rumbo hasta 1.500 millas al oeste de Galápagos, en latitud 0°40’ sur y longitud 119° Oeste, al encuentro de un grupo de cachalotes. En la mañana del 20 de noviembre, dos de los botes se dedicaban a arponear sus respectivas ballenas mientras en el barco, el primer oficial, Owen Chase, reparaba un tercer bote. Existe la hipótesis de que el martilleo constante fuera percibido como señal de agresión por una gran ballena macho. En todo caso, sin tener clara la causa de este comportamiento inusual, y por primera vez en la historia de la industria ballenera (aunque no la última), un cachalote de 26 metros de largo arremetió de frente, y en dos ocasiones seguidas, contra la proa del barco, a una velocidad de hasta seis nudos.

Después del ataque, la ballena desapareció para siempre, mientras el Essex colapsó. Los que estaban a bordo alcanzaron a salvar instrumentos de navegación y comida. Por tres días las tres pequeñas embarcaciones permanecieron en el área rescatando seis tortugas galápagos, armas, madera para improvisar mástiles y velas. Desde entonces comenzó una tragedia que terminaría con la vida de doce de los veinte tripulantes (uno desertó en Atacames), luego de 90 días en el mar.

Las islas más cercanas al sitio de naufragio, y en sentido de corrientes y vientos, eran las Marquesas, 1.200 millas al oeste, pero la tripulación prefirió tomar rumbo a América del Sur, a 2.500 millas de distancia y navegando en contra de los alisios, por miedo a presuntos caníbales polinesios. De los tres botes, uno se pierde para siempre. Los sobrevivientes recurrieron al canibalismo.

Esta tragedia inspiró a Hermann Melville para escribir su novela Moby Dick. En el corazón del mar analiza la situación socioeconómica de la época, consulta a psicólogos y doctores para entender el estado físico y mental de cada náufrago, y explica el impacto en las poblaciones de mamíferos marinos. Nantucket forjó su riqueza a base de barriles de aceite de ballena. Entre 1804 y 1876 esta pequeña isla estadounidense, con una flota de aproximadamente 70 barcos, terminó con la vida de 225.000 cachalotes, lo que la convertiría en una de las más prósperas de los EE.UU. (O)

nalutagle@yahoo.com

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