La golondrina de Galápagos ¿En peligro de extinción?
“Solo con investigación, como la realizada por científicos de la Estación Charles Darwin, tendremos sustento necesario para diseñar planes de manejo”.
Se podría describir lo que conocemos sobre la golondrina de Galápagos (Progne modesta) con una sencilla frase: “Casi nada”. Esta es posiblemente la especie menos estudiada en las islas Encantadas. Se calcula que su población sería inferior a los 500 individuos, aunque nunca se ha realizado un censo. Los únicos datos confiables provienen de Peter y Rosemary Grant. Esta pareja de científicos ha visitado la isla Daphne Mayor desde 1973, para el estudio de las poblaciones de pinzones de Darwin. Como parte de su proyecto, llevan un control del resto de fauna de la isla, notando un notable declive en las poblaciones de golondrinas de Galápagos, al menos en Daphne.
Una golondrina es básicamente una avecilla terrestre del grupo de los paseriformes (aves cantoras, con forma de gorrión). Las golondrinas pertenecen a la familia Hirundininae con 83 especies descritas. Tienen cuerpo fusiforme con largas y puntudas alas, que les dan gran maniobrabilidad en el aire, lo que los hace perfectos para cazar insectos al vuelo. Son de picos pequeños, pero fuertes mandíbulas. Poseen patas adaptadas a la vida en los árboles y dedos frontales parcialmente unidos por la base y muchas especies tienen la cola ahorquillada. Son aves cosmopolitas que frecuentan una gran variedad de medios y ocurren en todos los continentes, excepto en la Antártica. En la imaginería marinera las golondrinas siempre fueron consideradas como señal de buena fortuna en el mar, porque alertan sobre la cercanía a tierra.
Javier Cotín, científico de la Estación Científica Charles Darwin, se ha empeñado en develar el misterio de las golondrinas endémicas a Galápagos.
Javier ha realizado una compilación de datos históricos citados en la literatura, o de reportes de viajes, avistamientos de científicos visitantes y/o residentes, y ha encontrado únicamente 203 menciones.
Se cree que forma grupos pequeños, además de anidar en fisuras en acantilados altos e inaccesibles. También se ha observado en áreas forestadas, en picos de montañas a 970 metros de altura, en lagunas costeras de manglar, e incluso alimentándose alrededor de las casas de Puerto Villamil, isla Isabela. Javier ha diseñado un proyecto para solicitar colaboración de los guías del Parque Nacional y de operadores de turismo, únicos con acceso constante a los sitios de visita.
La población de Caleta Tagus es tal vez la más conocida. Existe una fisura hacia el sur del desembarcadero, donde desde hace más de veinte años avisté mis primeras golondrinas. Pero ni siquiera sabemos cómo distinguir con precisión entre machos y hembras, ni a qué edad empiezan a reproducirse, ni cuántos huevos ponen, y lo que es aún peor, si están en peligro de extinción por la presencia de especies introducidas, como la larva de la mosca Philornis, que amenaza a las aves terrestres del archipiélago.
La golondrina de Galápagos (15 cm de tamaño) se puede confundir con la golondrina morada, otra especie que ocasionalmente visita las islas, muy similar en colores, pero más grande.
La golondrina de Galápagos está incluida en la lista de especies en peligro del IUCN (IUCN, 2012). Si el Dr. Cotín logra colectar suficientes datos sobre su estado, podríamos descubrir que tal vez su estatus debería ser cambiado a “crítico”. Solo con investigación, como la realizada por científicos de la Estación Charles Darwin, tendremos sustento necesario para diseñar planes de manejo. Otro ejemplo de que sin ciencia, no puede haber conservación.
Interesados en colaborar: