Personajes galapagueños: El solitario Roy

17 de Julio de 2016

“Fue un hombre aparentemente traumatizado por la guerra, que se refugió de lo negativo del ser humano en lo más recóndito de Las Encantadas, hace más de medio siglo”

Piqueros patas azules en la Isla Isabela.

Tengo el privilegio de trabajar con varios naturalistas de Galápagos y del mundo que con su experiencia y conocimientos enriquecen los míos.

Es así como supe, gracias a Tommy Acosta, la historia del gringo loco de Cerro Azul, que Tommy obtuvo a su vez del libro de Jacinto Gordillo, un hombre que vivió en las Encantadas por cincuenta años.

Esta es la tragedia de Roy Sudbury, un hombre que estaba convencido de que el mundo iba a desaparecer, seguramente traumatizado por su participación en la Segunda Guerra Mundial. Era capitán en retiro de la Armada de los Estados Unidos, y decidió que solo las islas del oeste de Galápagos se salvarían de la destrucción final.

Primero intentó colonizar Fernandina, la más joven. Había escuchado que existía una laguna de agua dulce en su caldera, a 1.490 metros de altura, y decidió que ese sería el refugio ideal. En 1958 desembarcó con ocho hombres contratados en Puerto Villamil, que lo ayudarían a trasladar, no solamente los abundantes víveres y baúles de enseres varios, sino una pequeña panga con motor fuera de borda. El plan de Roy era dedicarse a la pesca dentro de la laguna. A las pocas horas de intento se dieron cuenta de que subir una panga a la misma cumbre era misión imposible. Decidieron adelantarse a explorar, pero al llegar a lo más alto y observar dentro del volcán, descubrieron que cualquier vestigio de laguna o agua dulce había desaparecido.

Entonces Roy optó por trasladarse al extremo este del volcán más occidental de Isabela, Punta Essex en Cerro Azul. Sobre una pequeña elevación instaló su carpa, desarmó los baúles, y vivió, absolutamente solo durante tres años.

Su bien más preciado era un alambique de bronce para destilar alcohol, porque según palabras del mismo Gordillo, que lo conoció personalmente, Roy era aficionado al whisky.

El hombre sabía algo de medicina y de vez en cuando era visitado por los pescadores de la zona. Había que alertar desde distancias prudenciales el momento de la llegada, porque Roy vivía desnudo. Si los visitantes eran hombres, no se molestaba en cubrirse, y si eran damas, se ponía su short de batalla.

Roy pasó la mayor parte del tiempo en soledad, deteriorando su salud, con mala alimentación, poca agua y además, exceso de alcohol. Deliraba sobre el fin del mundo, y cuando a siete kilómetros de su carpa, el 11 de julio de 1959 ocurrió la erupción de Cerro Azul, pensó que había llegado finalmente el momento.

Pero la lava nunca alcanzó su campamento, así que Roy siguió viviendo sus delirios hasta que un día fue encontrado simplemente muerto. El mismo Jacinto Gordillo lo había ido a visitar alarmado por informes de los pescadores sobre la salud de Roy en acelerado deterioro.

Yacía desnudo, delgado, inerte, y solo, como lo había estado siempre. Se supo entonces que tenía mucho dinero, que había estado casado y que secretamente aspiraba que su esposa se le uniera en esta aventura. Incluso había traído ropa de mujer y cosméticos en uno de los baúles.

Roy fue un hombre aparentemente traumatizado por la guerra, que se refugió de lo negativo del ser humano en lo más recóndito de Las Encantadas, hace más de medio siglo. Espero que en su corto paso por las islas haya encontrado lo que estaba buscando. (O)

nalutagle@yahoo.com

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