‘Dushi’ multicultural
En Curazao conviven personas de todo el mundo. El turismo en la isla caribeña se concentra en sus pequeñas pero paradisiacas playas.
Las primeras imágenes que se tienen de Curazao son de las “casitas pintadas” de muchos colores o de playas con arena blanca en sus cristalinas aguas. Eso es cierto, pero ¿en qué otra isla se puede ser testigo del encuentro de casi 50 nacionalidades?
Luego de que los españoles se fueran de la isla, los holandeses la hicieron suya en 1634. La influencia de los primeros habitantes que llegaron desde Europa se puede apreciar en la arquitectura que aún se conserva en gran cantidad de casas, cuyas fachadas constituyen uno de los atractivos del sector de Punda en Willemstad, capital de Curazao. En 1997, la Unesco otorgó a esta ciudad el estatus de Patrimonio Mundial de la Humanidad.
Da gusto ver a sus habitantes cómo se desenvuelven con el turista. La mayoría de ellos son negros (70% de la población) de un total de 150.000, aproximadamente que viven allí. La educación que reciben está sustentada en el aprendizaje del papiamento, español, holandés, inglés y como opción el francés. Esto permite a los curazoreños manejarse sin problemas con los visitantes y se enorgullecen de no tener prejuicios raciales.
Al papiamento –que también se lo habla en Bonaire y en Aruba– lo relacioné un poco con el portugués en el acento. Luego, el guía Reynaldo comentó que efectivamente este “es parte del español y el portugués principalmente, mezclado con palabras de origen holandés, inglés, francés, la lengua indígena arahuaca y diversas lenguas africanas”.
Caminar por Punda
Es el primer barrio residencial levantado por los judíos. En Punda se observa parte del desarrollo de Willemstand. A lo lejos se ve muy alto el puente de la reina Juliana sobre la bahía Santa Ana, que sirve de entrada a embarcaciones entre cruceros turísticos y barcos petroleros que sacan combustible de una refinería arrendada por la venezolana PDVSA. En su punto más alto (más de 50 metros) se observan los otros sectores: Otrobanda y Schottegat. Si está de visita no puede decirle al chofer que pare un ratito, la multa por esa infracción podría ser casi de $ 200.
Allí mismo llama la atención el puente flotante Reina Emma, que se apoya en 16 pontones (flotadores) y conocido como Swinging Old Lady (la anciana que se mece). Para el paso de barcos este no se levanta sino que se mueve en su totalidad a modo de manecilla de reloj, pero al revés.
Si avanza un poco más podrá encontrarse con el mercado flotante, donde confluyen comerciantes venezolanos (cuyo país está a 40 kilómetros de distancia) que llevan algunos productos en sus botes, especialmente frutas, verduras y pescados. “Estamos mejor por tener personas que provienen de todas partes”, expresó el guía Reynaldo, cuya esposa y tres hijos viven en Holanda.
En Curazao no llueve desde hace algunos años y debido a la sequía, un aguacate o melón mediano proveniente de Venezuela puede costar hasta $ 3, que son como 5 florines antillanos o gulden, la moneda local. El euro no circula libremente.
CUANDO VIAJE A CURAZAO
La línea aérea Avianca tiene seis vuelos semanales hacia Curazao desde Guayaquil con escala en Bogotá. Telf.: (04)239-9048. www.avianca.com
Para más información de precios y disponibilidad:
Acuario curacao-sea-aquarium.com
Resort Sunscape sunscaperesorts.mx/curacao
Museo Kura Hulanda kurahulanda.com
Granja de avestruces curacaoostrichfarm.com
Oficina de turismo www.curacao.com/es
Paquetes de viaje: MásTravel en Guayaquil. Telf.: 228-2879. Oficina en Cuenca. Telfs.: (07) 281-8979 y (07) 288-5045. www.mastravel.com.ec
También ABC Tours y You Travel.
Gastronomía
Las posibilidades culinarias de la isla son muy variadas en los distintos sectores. Resaltan las bellas casas donde se levantan los restaurantes, ya que han sido restauradas y forman parte del atractivo turístico. Si tiene posibilidades de preparar su comida puede visitar las cadenas de supermercados como la holandesa Albert Heijn. Los precios son más caros debido a que la gran mayoría de productos son importados, pero lo que llama la atención son los distintos cortes de carnes holandesas y especias, principalmente de India e Indonesia. Otra alternativa es el Round Market (o New Market), un mercado ubicado en Punda. Es caluroso, popular y algo desordenado.
Pero si su espíritu viajero le pide algo más puede ir a la principal hueca de Curazao: Plasa Bieu, un gran comedor público –parecido a un patio de comidas– con mesas adornadas con manteles de plástico en las que se sirven los platos insignes de la isla: el yambó y la sopa de iguana. Es frecuentado por residentes y turistas curiosos.
Las noches de farra se encienden de jueves a sábado. Los géneros favoritos de los locales son la salsa, merengue, bachata y cumbia.
Si de compras se trata, lo más conveniente son los perfumes y licores, que resultan mucho más baratos que en Ecuador.
Hospedaje
Al ser una isla caribeña tiene mucha competencia de sus vecinas. Existe una gran variedad de hoteles y resorts, desde los más tradicionales hasta los más modernos y elegantes. Uno de ellos es el Sunscape Curaçao Resort Spa & Casino (antes Breezes), uno de los más completos y bien ubicados. Está casi pegado al Sea Aquarium, lo que lo convierte en favorito de familias ya que cuenta con el servicio todo incluido. Tiene una piscina natural gracias a un rompeolas. Cuenta además con seis restaurantes gourmet (cuatro de menú a la carta, uno con bufé y una cafetería).
El aeropuerto internacional de Curazao se encuentra a 20 minutos y el centro de Willemstad queda a 8 minutos del resort. Alrededor de las 340 habitaciones están distribuidas las áreas comunes, spa, cuatro piscinas, bares (barra libre), playa, zonas donde se realizan actividades familiares y deportivas. Es el lugar ideal para quienes deseen no movilizarse o trasladarse a otras playas, especialmente si va con niños. Las habitaciones se distribuyen en bloques de edificios, son cómodas y el ruido exterior no afecta el sueño o descanso. El servicio es cordial y siempre está atento a los requerimientos de los huéspedes.
Las playas
Según Hugo Clarinda, director de la Oficina de Turismo de Curazao, la isla posee 35 playas, de las cuales 20 son públicas. Una de las más bonitas es Cas Abao, favorita de holandeses, judíos y de los novios que organizan su boda allí. La entrada a esa playa es parecida a Los Frailes (Manabí). Enclavada entre montañas tiene servicios de ducha, locales de comida y bebidas. Si no alcanzó a hacerse el pedicure o llegó estresado, allí se encuentra una especie de choza-spa con precios módicos.
Además, es lugar favorito para el snorkel, buceo y kayac. Sus aguas son increíblemente cristalinas y reflejan un precioso color turquesa. Este lugar es para aquellos que no buscan playas abarrotadas de gente. Abre de 08:00 a 18:00. Se cobra parqueo en cuyo precio se incluye la entrada.
Otras atracciones
Uno de los lugares favoritos de los turistas es el Sea Aquarium, ubicado en una privilegiada propiedad que cuenta con hotel, playa, muelles y club de yates. ¿La máxima atracción? Definitivamente los delfines, con los que incluso se puede sacar una foto o nadar con ellos. Los tours, shows y demostraciones se incluyen en el precio de entrada al parque. También hay show de lobos marinos, tiburones en acción, encuentro con las rayas y observatorio submarino.
A modo de safari africano puede visitar la Granja de las Avestruces (Ostrich Farm). Allí se enterará, a bordo de un camión-bus, todo sobre estas aves, las más grandes del mundo (pesan hasta 200 kg y alcanzan una altura de 2,75 m). Puede alimentarlas, montarlas y ver cómo nacen y se reproducen. Además, en este rústico parque se aprecian los emús y otras especies de animales; hay una tienda que ofrece adornos africanos originales y un restaurante.
Scharloo es el barrio judío. Curazao es el hogar de la más antigua congregación judía activa en el continente americano, que data de 1651. Aún existe la primera sinagoga de la isla que fue reconstruida en 1703 en Punda, se trata de una réplica de la sinagoga Grote que se encuentra en Ámsterdam. Imperdible es el Museo Judío Histórico Cultural.
Museo Kura Hulanda. Curazao fue descubierta por los españoles en 1499, pero en el siglo XVII, los holandeses se convirtieron en líderes del comercio internacional de esclavos. Los africanos fueron sacados de su patria y transportados a Brasil y a esta isla donde fueron vendidos. En esa época, Curazao era uno de los almacenes de esclavos más grandes del Caribe. Hoy, el lugar de los subyugados es el hogar de este museo que recrea muy didácticamente los horrores de ese comercio trasatlántico. En 1863 se abolió esta forma de explotación inhumana en esta parte del mundo.
No olvide dar las gracias en papiamento (masha danki) o dushi kon ta bai para saludar cariñosamente, son palabras que se deben memorizar. Los curazoreños son amables. (I)