Caminos guancavilcas
La provincia del Guayas está conectada a la de Santa Elena a través de una ruta agreste que destaca la memoria ancestral de seis comunas cargadas de una memoria viva.
En plena vía a la playa reposan tesoros que difieren de la típica estampa relacionada con la arena, el sol y el océano.
Esta naciente alternativa turística atraviesa escenarios de ruralidad muy profunda, pero sobre todo traslada al visitante a un recorrido hacia tiempos que lucen más eternos por quedar tallados en la roca.
La piedra, convertida en seres de diversas naturalezas, evoca la presencia de los antiguos guancavilcas (hoy, los arqueólogos recomiendan escribirlo con g), que así dejaron impresa su esencia religiosa y artística. Los guancavilcas se inscriben en un contexto mayor denominado Manteño-Guancavilca (600-1532), que se extiende en el litoral de las provincias de Manabí, Santa Elena, Guayas y la isla Puná.
Este paseo comienza en Chongón (parroquia Tarqui, cantón Guayaquil), poco antes del peaje del km 24 de la vía a la costa, para posteriormente continuar por un camino secundario que invita a esta experiencia por el pasado histórico.
Chongón
El mono mágico
Según una leyenda local, este monolito tallado con la imagen de un primate, ubicado sobre un pedestal en el parque central de la comuna Chongón, concede los deseos de quienes le besan el rabo con fe, lo cual aún convoca a viajeros que pugnan por encaramarse en el pedestal.
Tras dar un tremendo ósculo al primate, los visitantes aprovechan la visita para ir a la iglesia local, ubicada a unos 250 metros, para ver al supuesto mejor “amigo” del primate: una imagen de san Jerónimo. Ambos personajes tienen una relación de medio siglo desde que, según dicen, los respectivos creyentes del ídolo y del santo pugnaban por hacer desaparecer al otro del imaginario local.
LIMONCITO
MUJER, FIERA Y CICLISMO
Poco después de pasar el peaje de Chongón, el viajero se topa con un desvío de tierra ubicado por el kilómetro 33, sobre el puente del canal de riego del embalse de Chongón. Nueve kilómetros a través de ese camino está la comuna Limoncito, que pertenece a la parroquia Julio Moreno del cantón Santa Elena. La presencia ancestral se hizo evidente a través de dos monolitos hallados en los años sesenta por los arqueólogos Piana y Védova, mientras exploraban la zona conocida como Pampas de Bedén.
Una pieza tenía forma de mujer, símbolo de la fertilidad, y la otra era semejante a un jaguar al acecho, animal relacionado con la fuerza y la astucia. Estos hallazgos ya no se encuentran en Limoncito. Pero lo que sí encontramos en esa ruta son amplios escenarios agrestes para la práctica del ciclismo de montaña.
Juntas del Pacífico (cerro Las Negras)
Guardián de los caminos
Esta comuna de 9.775 hectáreas produce ciruelas... y mucha curiosidad por el pasado que la rodea, el cual tiene como mayor representante a monolito antropomorfo exhibido en su calle principal, el cual proviene del cercano cerro Las Negras.
Según los arqueólogos, tal pieza era parte de un conjunto de esculturas humanas talladas en piedra, femeninas y masculinas, vinculadas a creencias que tienen que ver la reproducción, la ecología, las relaciones de género y el sostenimiento del liderazgo.
El nombre del poblado alude a que está localizado en la convergencia de diversos caminos.
La Barranca de juliio moreno
Cirilo, Cira y la fuente
Esta comuna de 13.173 hectáreas está asentada en un territorio que desde inicios del siglo pasado era paso obligado a la costa, por lo que alcanzó gran desarrollo económico debido al intenso tránsito de viajeros y al intercambio comercial.
La fertilidad y la vida local se manifiestan por medio de los rasgos masculinos y femeninos que presentan dos monolitos asentados en el parque local, denominados Cira y Cirilo, considerados padres milenarios de la etnia guancavilca.
Los visitantes también pueden admirar una antigua fuente circular de piedra que capta el interés por su look ancestral.
Sube y Baja
Rocas de moler junto al río
Esta comuna recoge varias menciones de evidencias arqueológicas. La principal proviene de una piedra de molienda con cuatro cavidades que, junto a otras piedras similares, pero de menor tamaño, fueron halladas en la llamada Loma de los Bebederos, colina ubicada a una hora de camino por este escenario natural que está embellecido por un río serpenteante.
Lo curioso es que este tipo de piedras –muchas antiguas– aún son utilizadas localmente como una especie de recipientes para alimentar a los animales. Adicionalmente, frente al parque los visitantes pueden encontrar una pequeña figura humana tallada en piedra, que fue traída hace veinte años desde un sitio arqueológico ubicado detrás del cementerio.
Sacachún
Hogar de San Biritute
Es el poblado más famoso por la gran cobertura mediática que ha recibido su deidad tradicional: San Biritute. Esta figura masculina, exhibida en la plaza central, fue tallada en conglomerado marino con el sexo explícito, por lo que se le atribuyen poderes reproductores.
La devoción por san Biritute fue cuestionada por la Iglesia católica, por lo que en 1952 fue llevado a una de las calles de Guayaquil y, posteriormente, al Museo Municipal. Gracias a los incansables reclamos de los habitantes, el monolito regresó al poblado el 16 de julio del 2011 (foto), constituyéndose en una prueba del vínculo profundo que estas deidades establecen con estos poblados de fe profunda.