Los paisajes del Cid Campeador
El Camino del Cid (España) sigue las huellas de Rodrigo Díaz de Vivar, usando como guía el Cantar de mío Cid, uno de los grandes poemas épicos medievales.
A pie, en bicicleta o en automotor. Los turistas que recorren el denominado Camino del Cid tienen esas opciones para aproximarse a los paisajes relacionados con las hazañas y desventuras de Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador, miembro prominente de la corte castellana que vivió entre 1048 y 1099, pero que la literatura medieval ha elevado hasta los niveles de leyenda.
Por los cinco tramos
El Camino del Cid atraviesa, mediante rutas de entre 50 y 300 kilómetros, cuatro comunidades autónomas (Castilla y León, Castilla-La Mancha, Aragón y Comunidad Valenciana) por zonas de una gran riqueza medioambiental e histórico-cultural.
Así que este circuito brinda una posibilidad única de conocer una parte de España desde una perspectiva diferente. Los cinco tramos principales, los cuales contienen trayectos internos más cortos, son los siguientes:
El Destierro (275 km, por las provincias de Burgos, Soria y Guadalajara). Sigue las huellas del Cid por el viejo reino de Castilla. El Cid, desterrado, sale de Vivar con un puñado de caballeros y la orden real de abandonar Castilla en nueve días, plazo que el Cid utilizará para dejar a sus hijas y a su mujer en el monasterio de San Pedro de Cardeña, pertrecharse y reforzar su reducido grupo de fieles alistando a nuevos caballeros y soldados. Aunque el Cid abandona Castilla justo en la sierra de Pela, en el actual límite entre Soria y Guadalajara (sierra que en 1081 marcaba la frontera natural entre los reinos de Castilla y Toledo), este itinerario finaliza en el siguiente núcleo de importancia: la villa histórica de Atienza, ya en territorio musulmán.
Tierras de Frontera (267 km, Guadalajara, Soria, Zaragoza). Este viaje avanza por las viejas zonas fronterizas de Castilla y Aragón. Desterrado por el rey Alfonso VI, el Cid abandona Castilla y entra de noche, para no ser descubierto, en los territorios de la antigua taifa de Toledo. Este tramo comienza en Atienza, por entonces un puesto de avanzada musulmán y, según el Cantar, una peña “muy fuerte”, y prosigue hacia el Henares, donde el Cid comienza a imponer su ley para conseguir el sustento de su gente a través del cobro de tributos, las tomas de poblados y las batallas. El tramo termina en Alcocer, hoy un despoblado situado en el término municipal de Ateca, donde tuvo lugar una de las batallas más feroces relatadas en el Cantar, contra un ejército musulmán.
Las Tres Taifas (289 km, Guadalajara, Zaragoza y Teruel). Tres taifas (reinos musulmanes) muy diferentes entre sí (Toledo, Zaragoza y Albarracín) sirven de escenario al paso del Cid literario y su poderosa armada. El camino se inicia en Ateca, en cuyo territorio tuvo lugar la legendaria batalla de Alcocer, en la que el Cid, tras sufrir un duro asedio, consiguió vencer a un ejército musulmán venido de Valencia. Esta victoria, según los versos del Cantar, dejaría paso libre al Cid para imponer su ley por los diversos caminos y poblaciones de estas taifas. Cuatro son los lugares fundamentales del Cantar en este tramo: El Poyo del Cid, en Teruel, donde el Cid reforzó una fortificación romana; Molina de Aragón, en Guadalajara, señorío gobernado por Avengalbón, un musulmán aliado del Cid; Albarracín, en Teruel, lugar de paso para las huestes del Cid en su tránsito entre Castilla y el Mediterráneo, y Cella, localidad turolense donde, según el Cantar, el Cid fortaleció su ejército para conquistar la ciudad de Valencia.
La Conquista de Valencia (245 km, Teruel, Castellón y Valencia). “A quien quiera ir conmigo a cercar a Valencia... tres días les esperaré en el Canal de Cella”. Este itinerario comienza en Cella, el lugar que el Cid elige, según el Cantar, para reunir a quienes quieran ayudarle a conquistar Valencia, y sigue sus huellas por las numerosas localidades de la actual Comunidad Valenciana tributarias del Cid (Montanejos, Segorbe...) o conquistadas, según el Cantar, por el Campeador (Almenara, Sagunt, Jérica, Onda...). Este recorrido de localidades musulmanas tiene un solo destino, la ciudad de Valencia, la ciudad soñada, que el Cid tomó tras un duro asedio.
La Defensa del Sur (244 km, Valencia y Alicante). Este tramo es un recorrido por una importante línea estratégica defensiva durante la Edad Media. En este recorrido, en el que la historia y la literatura se entrecruzan, seguimos los pasos del Cid en su intento por afianzar su presencia en este territorio y, tras su conquista, salvaguardar la preciada ciudad de los ataques almorávides. Esta ruta, que recorre importantes hitos cidianos como Xátiva, Villena o Elche, termina en Orihuela, el punto más sureño con la influencia del Cid. (I)
Fuente: www.caminodelcid.org.