Campos de mantequilla

14 de Octubre de 2012

El humedal Abras de Mantequilla ofrece un paseo por el carácter más puro de la provincia de Los Ríos, levantado entre paisajes que están para “comerse”.

Lo primero que llama la atención es el nombre: Abras de Mantequilla. He aquí la explicación: abras es un término para denominar a las quebradas o “aperturas en el suelo”, usándose para señalar al terreno ondulado de esta zona donde se acumula el agua.

Y la palabra Mantequilla resbaló suavecito de boca de los lugareños, al notar el colorido tono amarillento del barro que se asoma en las orillas del humedal, pintado de oro por las duras caricias del sol.

Los espejos de agua de este humedal brillan a dos horas de la ciudad de Guayaquil, exactamente a once kilómetros al noreste de Vinces. Esta es una zona natural destacada de la provincia de Los Ríos, con 22.500 hectáreas de paisajes atravesados por brazos acuáticos y habitados por unas ochenta comunas que cumplen su rutina en medio de un ambiente cargado de naturaleza, tranquilidad, cultura costeña y corazones amables.

Algunos de esos pequeños poblados se están promocionando como destinos turísticos. Isla Bonita es uno de ellos. Un sendero sembrado de hojas secas lleva a la humilde vivienda de Eugenio Mosquera, un amable campesino que aprovecha sus experiencias de 72 años en estas tierras para transmitir a los visitantes el amor al campo. Podemos considerarlo un guía nativo graduado por la alegría de vivir, quien con picardía cuenta que la zona guarda un poderoso elixir afrodisiaco elaborado a base de leche y una fruta exótica que llaman yark.

Muy cerca queda el recinto El Recuerdo. Allí reside otro personaje muy interesante: Telmo España Sánchez, un campesino y guía nativo que a lo largo de los años ha logrado reunir una variedad de añejos objetos usados en las épocas de antaño, como lámparas de queroseno, planchas de carbón, arpones artesanales para pescar, discos de vinilo con su respectivo tocadiscos, y monedas antiguas (una caja de cartón exhibe monedas del sucre usadas entre 1930 y 1946).

Ese es su tesoro. También su orgullo. Su entusiasmo recolector cubre de pureza el instinto básico de los seres humanos por acumular riquezas, porque su mirada no se dedica a sumar monedas dentro de una bolsa, sino en reconocerle valor al cofre encerrado en los muros de sus costumbres y nostalgias.

Las orillas del humedal son el hilo conductor que lleva al recinto El Abanico, cuyo muelle solía ser muy utilizado por los campesinos locales para navegar hasta Vinces llevando los productos agrícolas que crecen saludables en esta tierra, especialmente el arroz, cultivo que actualmente cubre ese sector.

Los paseos pueden enrumbar hacia un bosque que vibra por la presencia de aves y monos, aunque las miradas de los visitantes siempre apuntan hacia los espejos de agua. Son esos espejos que guardan en lo profundo peces bocachico, especie que conforma parte importante de la dieta de los pobladores. Son esos espejos navegados por canoas que sostienen la curiosidad de los visitantes que exploran la zona desde el agua. Son esos espejos que devuelven el reflejo de un sol por el día y de las estrellas más puras en la noche misteriosa.

Son también esos espejos que, mientras lucen untados de mantequilla, nos devuelven el reflejo hacia nuestro orgulloso presente y pasado montubio. Solo debemos atrevernos a mirar. (M.P.)

Informes: mancomunidadabras.com.ec. Líder comunitaria: Julieta Sotomayor, 099-306-1507.

riqueza

El 14 de marzo del 2000, la Convención de Ramsar inscribió a este humedal con el número 1.023 en el mundo. Hoy suman 2.059. Ramsar es una entidad internacional que registra y monitorea los humedales del planeta, con el objetivo de comprometer a las autoridades que lo preserven y protejan.

La protección y gestión del humedal está a cargo de la Mancomunidad de Municipalidades para el Manejo Sustentable del Humedal Abras de Mantequilla, conformada por los municipios de Palenque, Vinces, Baba, Puebloviejo, Urdaneta, Ventanas, Quinsaloma y Mocache.

La gastronomía local abarca unos 30 platos, entre ellos variedades con bocachico, seco de gallina, humitas de choclo y tortilla de verde.

La Birdlife International reporta que en el humedal habitan más de 127 especies de aves, mayormente acuáticas. Además se han detectado un centenar de especies de mamíferos, como tigrillos, venados cola blanca, monos aulladores, gatos salvajes y lobos de agua, algunos de los cuales están en peligro de extinción, según la Birdlife International. También hay unas 50 especies de peces.

 

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