La Ruta de las Estrellas
Valle del Elqui (Chile) posiblemente cuente con los cielos más limpios del planeta. Eso motiva al poblado de Vicuña a vivir del astroturismo.
Declarada Capital Mundial de la Astronomía, la localidad de Vicuña incursiona con firmeza en el turismo astronómico. Sus cielos limpios y un decreto de la Municipalidad expedido en el 2017 para conseguir esa distinción hacen de esta pequeña población el destino de miles de aficionados a los astros, a lo que en esta región de Chile se conoce como la Ruta de las Estrellas.
Ubicada a 550 kilómetros al norte de Santiago, capital chilena, la comuna de Vicuña está alojada en el Valle del Elqui, un territorio tan fértil como místico y privilegiado por sus al menos 300 noches con cielo despejado al año.
También posee una tranquilidad envidiable pese al tránsito habitual de turistas locales y extranjeros, que llegan con la curiosidad de entender algo más del universo, para lo que se cuenta cada vez más con una amplia variedad de ofertas turísticas.
Con capitales privados y estatales, una decena los emprendimientos ofrecen observación astroturística en la zona, además de los tres observatorios de carácter científico que funcionan en los cerros aledaños: Tololo, Gémini Sur y Soar.
Allí se destaca el Observatorio Mamalluca, cuya gestión se inició por un grupo de aficionados a la astronomía en los años ochenta, pero fue hasta 1995 cuando se consiguieron los terrenos en el cerro del mismo nombre y aportes de entidades públicas para su construcción.
El observatorio es pionero en Chile en desarrollar el concepto de astroturismo. Mamalluca inició su actividad con equipos donados por el observatorio Tololo, pero ahora cuenta con un telescopio digital de 12 pulgadas en su cúpula principal, donado por la Association of Universities for Research in Astronomy (AURA), además de un planetario, una sala de charlas y dos terrazas con siete telescopios manuales.
Son cerca de 20 años de actividad para este centro abierto en 1998. Su director es Javier Alcayaga, quien cuenta que buscan profesionalizarse en el turismo astronómico. “Trabajamos con asesoría científica (...), somos innovadores en esta actividad en la región. Nuestra visita consta de charlas de astronomía básica y observación para quien no tiene conocimiento y quiere ver las estrellas por primera vez; esa es parte de nuestra oferta turística, ofrecer un cielo y noches privilegiadas en este sentido”, señala el experto.
En el observatorio hay guías permanentes y, según la época del año, cuenta con personal a medio tiempo. Mamalluca recibe un estimado de 700 turistas diarios en temporada alta, entre los meses de enero y febrero, y de 200 visitantes entre marzo y diciembre. La visita tiene un costo de 7.000 pesos chilenos para adultos, un aproximado de 12 dólares, y de 2.500 pesos para los niños ($ 4,50)
Condiciones perfectas
Valle del Elqui es una zona favorecida por su ubicación, “cuenta con los cielos más limpios del planeta”, refiere Alcayaga, quien agrega que los cielos chilenos son los más claros del hemisferio sur, reconocidos internacionalmente por esto.
Junto al Observatorio Mamalluca hay otras ofertas de astro observación turística. Son emprendimientos familiares que como agencias de turismo brindan caminatas por los cerros de la zona. Otros trabajan directamente en las hosterías del sector, todos con actividades de observación y charlas sobre cosmovisión andina.
Para la observación, cada uno de estos grupos está provisto de telescopios equipados con oculares y accesorios de alta calidad, lo que permite una visión óptima de las estrellas, sin esfuerzo.
Las observaciones se inician con charlas de introducción a la astronomía, para luego pasar a un seguimiento de las constelaciones, la cruz del sur, la vía láctea la luna y los planetas, accesibles también a simple vista de los curiosos turistas.
El paisaje estelar de esta región es fascinante. Son millones de pequeñas luces que adornan un lienzo en el que, dependiendo de la hora, aparecen constelaciones, planetas y el camino que sigue la luna para cruzar el cielo chileno. Es una experiencia inolvidable que hace olvidar el frío de la madrugada en la zona.
Para llegar al Valle se puede optar por vía aérea o terrestre. Desde Santiago son unos 45 minutos en avión y aproximadamente siete horas en auto hasta Vicuña.
Por carretera se recorren distintas ciudades, Coquimbo y La Serena entre las principales, hasta adentrarse en la ruta 41, que pasa por distintas poblaciones en la denominada Ruta de las Estrellas.
Los paisajes acompañan el trayecto entre Algarrobito, El Molle, y en medio de agrestes montañas se abre paso el embalse de Puclaro, poco antes de llegar a la municipalidad de Vicuña, desde donde se toma el camino hasta Mamalluca (9 km).
Aunque es una zona seca, la tierra es muy fértil y propicia para los viñedos, que tienen los mejores vinos chilenos. Ese es otro de los atractivos que ofrecen las poblaciones aledañas, que en cuanto a astronomía se alistan para el eclipse solar que se vivirá la tarde del martes 2 de julio de 2019, un evento de expectativa mundial.