¿Nos tomamos una ‘selfie’?
La industria de viajes global no puede ser indiferente a un nuevo elemento de la cultura viajera: las autofotos.
Los asiáticos son los reyes de las selfies. Esos turistas ahora se están tomando el planeta disparando las cámaras de sus teléfonos inteligentes y, como si fueran lanzas, acompañados de aquellos palitos extensibles para tomarse autofotos que en pocos minutos ya estarán en Facebook, Twitter o Instagram.
Los denominados selfie sticks (palos selfie) nacieron como una versión barata de los monopies utilizados por los fotógrafos, popularizándose primero en Indonesia, Malasia y Filipinas, según un estudio de tendencias de Google, para luego llegar a Corea del Sur y Japón. Hoy son también usados en Europa y América.
Pero no todos están contentos. Una nota del portal español Tecnoxplora.com menciona que existen lugares que prohíben ese accesorio, como la Galería Nacional (Londres), el Museo de Arte Moderno, el Museo Metropolitano (ambos en Nueva York), el Coliseo de Roma y el Palacio de Versalles (Francia). Algunos alegan el posible deterioro de las obras de arte (horror ante el posible palazo a una joya de siglos) y otros por el estorbo que suponen estos mecanismos.
Sin embargo, hay quienes desean aprovechar la creciente cultura selfie para convertirla en ganancia. The New York Times publica que el hotel JW Marriott Desert Springs Resort & Spa, en California, está ofreciendo el paquete “Your Selfie Spring” (Tu Primavera Autofoto), que por una tarifa desde $ 399 incluye un selfie stick y un mapa de puntos escénicos ideales para tomarse autofotos dentro todo el complejo. Y quienes compartan sus selfies en las redes sociales utilizando hashtags como #SpringSelfie pueden ganar descuentos en una nueva visita.
La cadena de hoteles boutique Kimpton Hotels & Restaurants (con sede en San Francisco, California), el hotel Mandarin Oriental de París (Francia) y La Concha Renaissance Resort en San Juan (Puerto Rico) también presentan ofertas similares.
Esta moda también motiva un concurso en el portal de venta de pasajes aéreos Cheaptickets.com, que regalará vacaciones gratuitas a los autores de las trelfies (travel selfies, autofotos de viajes) que ganen en categorías como Road Trip (viaje por carretera) y Beach/Pool (playa/piscina).
No es de extrañar tampoco que haya un museo en Quezon City, Filipinas, con obras de arte tridimensionales especialmente diseñadas para que los turistas puedan tomarse selfies. Algunas de estas piezas son réplicas de obras maestras como la Iglesia en Auvers-sur-Oise, de Vincent Van Gogh, y la Mona Lisa, de Leonardo da Vinci.
Según anuncia el portal español Cadenaser.com, un estudio del servicio de mensajería instantánea Line indica que el 59% de los españoles se declara adicto a estas fotos. En el caso de los más jóvenes, el 42% de los menores de 15 años declara hacerse varios al día.
Esta tendencia motivó a que la revista Time publicara hace un año el ranking de las ciudades con más selfies tomadas, empatando en el primer puesto las urbes filipinas de Makati City y Pasig, con 258 selfies por cada 100.000 habitantes. La primera es parte del área metropolitana de Manila, la capital.
Nueva York y Miami ocupan el segundo y tercer puesto, con 202 y 155 autofotos por cada 100.000 habitantes, respectivamente. El cuarto puesto lo comparten las californianas Santa Ana y Anaheim (hogar de Disneylandia), con 146 autofotos por cada 100.000 habitantes.
El top ten lo complementan Petaling Jaya (Indonesia, 141 selfies), Tel Aviv (Israel, 139), Manchester (Inglaterra, 114), Milán (Italia, 108), Cebu City (Filipinas, 99) y George Town (Malasia, 91).
Esta tendencia la explica el informe ‘Entendiendo al viajero del mañana’, realizado por la Future Foundation para la firma de tecnología Amadeus.
De acuerdo con el estudio, esta nueva tribu de viajeros dominarán el ‘mapa de turistas’ en el 2030.
Para ellos, dar a conocer su travesía acabará siendo tan importante como la propia experiencia de viajar. “Las vacaciones ya no son algo puramente propio –señala el informe–: están hechas para compartir”.
Sin embargo, Stephanie Rosenbloom, autora de aquel artículo de The New York Times, coincide con expertos que alertan que la tendencia de los selfies viajeros pueden distraernos del propósito final de un recorrido turístico: disfrutar de la experiencia. (M.P.) (I)