Tesoros del mundo
Los patrimonios culturales de la Unesco ayudan a reconocer la historia de los continentes. Aquí cuatro destinos sudamericanos que son reconocidos por ese organismo por ayudar a armar la identidad regional.
Departamento de La Paz, Bolivia
Capital de la cultura tihuanaco
Los imponentes restos de la antigua urbe conocida como Tihuanaco, Tiwuanaku o Tiwanaco reposan próximos a la orilla boliviana del lago Titicaca, en la margen oriental del río Tihuanaco, en el departamento de La Paz.
Esas estructuras fueron parte de la capital de un poderoso imperio prehispánico que alcanzó su apogeo entre los años 500 y 900 de nuestra era, aunque se considera que posiblemente sea una de las culturas más longevas de América del Sur, con 27 siglos y medio de duración desde el año 1500 a.C. hasta el 1200 d.C.
La capital de ese grupo humano hoy se exhibe como un conjunto de plataformas piramidales escalonadas, patios y centros urbanos. Entre las estructuras piramidales, Akapana llama especialmente la atención con sus 8.000 metros de perímetro, 7 terrazas escalonadas y 18 metros de altura.
En su cima se presume que existían bellas edificaciones, entre ellas un templete semisubterráneo que habría tenido una planta cruciforme escalonada a la manera de una cruz andina. Otras estructuras importantes son la Puerta del Sol, la Puerta de la Luna, el Palacio de los Sarcófagos y el Puma Punku (Puerta del Puma), entre otras.
Según Alan L. Kolata, arqueólogo estadounidense que realizó sucesivas excavaciones en este sitio durante los años ochenta y principios de los noventa, alrededor del año 1000 la ciudad tenía una población de 115.000 habitantes, junto con otros 250.000 en los campos circundantes. Aunque otros expertos señalan que posiblemente la urbe haya abrigado a máximo unas 30 mil personas.
Su influencia se extendió por una vasta zona de los Andes meridionales y otras regiones adyacentes. Los vestigios de sus monumentos atestiguan la importancia cultural y política de una civilización netamente diferenciada de las restantes culturas prehispánicas de América.
Provincia de Santa Cruz, Argentina
Cueva de las Manos
La cueva de las Manos del río Pinturas alberga un conjunto de arte rupestre, ejecutado entre los años 13.000 y 9.500 a.C., y ubicado en una zona solitaria, en medio del noroeste de la estepa de la provincia de Santa Cruz (Argentina), en la región patagónica del sur de ese país.
Esa ubicación tan alejada de los grandes asentamientos humanos actuales le ha permitido conservarse casi intacta. La cueva debe su nombre a las huellas de manos estampadas en sus paredes con una técnica similar a la de impresión con plantilla. Además de estas figuras, la cueva posee representaciones de guanacos (similar a la llama) y figuras geométricas.
Los autores de las pinturas bien podrían haber sido los antepasados de las comunidades de cazadores-recolectores de Patagonia descubiertas por los colonizadores europeos en el siglo XIX. En resumen, son la más antigua expresión de los pueblos sudamericanos.
Archipiélago de Chiloé, Chile
Iglesias de Chiloé
Construidas enteramente de madera, las iglesias de ese archipiélago del sur de Chile constituyen un ejemplo único de la arquitectura religiosa en Latinoamérica. Son representativas de una tradición arquitectónica iniciada por los predicadores itinerantes jesuitas en los siglos XVII y XVIII, que imitaron la arquitectura de sus templos en su natal Baviera, estado alemán de donde provino la mayoría de tales religiosos. Tras haber sido continuada y enriquecida por los franciscanos en el siglo XIX, esa tradición perdura todavía en nuestros días.
Además de ilustrar la riqueza cultural local, estas iglesias atestiguan la fusión de las creencias y las técnicas indígenas con las europeas, la armonización de su arquitectura con el paisaje, y la perdurable continuidad de los valores espirituales de las comunidades isleñas.
Además de la belleza arquitectónica, impacta la cantidad de tales templos patrimoniales, que suman 16.
Departamento de Lima, Perú
Ciudad de Caral-Supe
La Ciudad Sagrada de Caral-Supe es un sitio arqueológico de más de 5.000 años de antigüedad que abarca 626 hectáreas, todo ello a unos 180 kilómetros al norte de Lima. Está emplazada en una meseta desierta y árida que domina el valle del río Supe.
Sus orígenes revelan que puede tratarse de la capital de la civilización más antigua de las Américas.
La ciudad, excepcionalmente bien preservada, impresiona por la concepción y complejidad de sus elementos arquitectónicos y espaciales, sobre todo por las plataformas de piedra y tierra y por sus patios circulares bajos.
Caral es uno de los 18 asentamientos urbanos de la región y su arquitectura, compleja y monumental a la vez, comprende seis grandes estructuras piramidales. Esas edificaciones y diversos salones ceremoniales hacen suponer que realizaban ritos religiosos.
El hallazgo de un quipu (ramal de cuerda con varios nudos y colores, anudado a otros ramales similares y utilizado para registrar y transmitir relatos, noticias y cuentas) resulta un indicio para atribuirles un importante grado de desarrollo, el cual resulta también evidente al observar sus tecnologías constructivas sismorresistentes y avances agrícolas para manejar genéticamente el algodón y así obtener fibras más largas, variedad de colores y un mayor rendimiento.
Se sabe además que habían desarrollado la medicina natural.
Fuentes Unesco, Unique-southamerica-travel-experience.com, Wikipedia, Patagonia.com.ar, Chiloeweb.com, Caralperu.gob.pe