Limpieza ¿Un tema tabú?
“Recuerden que las moscas propagan bacterias y que son muy peligrosos los restaurantes de poco movimiento porque no tienen rotación de los productos: por consecuencia, es más probable la contaminación o la indebida conservación”.
No pensaba tratar el tópico de la infección intestinal por juzgarlo poco poético pero he recibido una docena de quejas relacionadas con malas experiencias. Curiosamente, la única vez que padecí semejante sufrimiento fue por haber comido ostras en uno de los mejores restaurantes de París.
Se cree que los mariscos son los principales responsables de problemas gastrointestinales cuando en realidad es mayor el peligro en la carne cruda (como la de cerdo) que exige larga cocción. La Biblia pone en guardia a los creyentes: “El puerco, que tiene la pezuña hendida, es inmundo para vosotros. No comeréis su carne ni tocarán sus cadáveres”, (Deuteronomio 14:3-8).
Es obvio que no existían los congeladores ni tampoco la pasteurización de la leche pero seguimos viendo tercenas o mataderos de dudosa higiene. Es cierto que comemos a veces el bife chorizo asado un cuarto o medio, es decir algo crudo. El Corán es más flexible, pues prohíbe la carne de cerdo pero acepta que “Dios es indulgente cuando se la come por necesidad extrema”.
Vacas y corderos sufren enfermedades que pueden transmitirse a las personas. La bacteria Escherichia Coli es común en los animales de sangre caliente. Habrá que ser muy cuidadoso en la limpieza de las vísceras en un país donde preparamos riñones al jerez, guatita, sesos en mantequilla negra, anticuchos, lengua de res en salsa de champiñones.
Expreso al paso mi total decepción en cuanto a la famosa mantequilla negra obtenida por su avanzada cocción: no encontré aún el restaurante que la pueda lograr, quizás porque es imperativo utilizar mantequilla confiable. Hubo un brote mundial de aquella enfermedad bautizada como vaca loca, degeneración del sistema nervioso central de los bovinos. Solo en Inglaterra fueron sacrificadas dos millones de reses.
La carne molida presenta peligro, se la asocia a casos frecuentes de diarrea y colitis hemorrágica. La cocción o la fritura adecuada elimina el riesgo compartido por la leche cruda. Si las hamburguesas poco cocidas son temibles, también lo es el consumo de frutas y verduras como lechuga y coles.
En los mercados al aire libre, el contacto directo de los víveres con el suelo se vuelve sospechoso; ignoramos lo que sucede desde la granja hasta el punto de venta a través de la comercialización o la manipulación. Mucho cuidado con el aguacate, el guacamole, pues resulta difícil refrigerarlos de manera adecuada: es mejor consumir siempre el aguacate fresco.
Ojo con el yogur y el queso fresco. La tristemente famosa bacteria E.coli se halla con cierta frecuencia en la carne de pollo. El aseo personal de los camareros es primordial, deberán ustedes estar alerta cuando los mozos tienen las uñas negras, no presentan los platos como es debido.
Epicuro visita siempre las cocinas y le tocó más de una vez toparse con moscas en escandalosa
cantidad.
Creo que el récord lo palpé en Playas de Villamil cuando quise visitar un sitio promocionado como el mejor (!) para comer ostras y otro lugar muy conocido en el malecón de Salinas. Ver trapos sucios o insectos varios le quita el apetito a cualquiera.
Debo admitir que ciertas personas son más sensibles a los problemas gástricos mientras otras parecen totalmente inmunizadas. Recuerden que las moscas propagan bacterias y que son muy peligrosos los restaurantes de poco movimiento porque no tienen rotación de los productos: por consecuencia, es más probable la contaminación o la indebida conservación.