Chequeos en el cabello
La pediculosis no tiene nada que ver con una higiene deficiente, afirman especialistas.
Según los doctores, los más afectados son los niños de 8 a 12 años. Los adultos, muy raramente. En líneas generales, la pediculosis (infestación de piojos que causa irritación cutánea) es considerada una problemática infantil.
Si bien no pueden saltar ni volar, son insectos relativamente rápidos. Alcanza con mantener las cabezas juntas un breve momento o abrazarse para contagiarse. Por eso, es muy difícil prevenir los piojos. Los especialistas advierten, un poco en broma, que los únicos inmunes a ellos son los calvos y los ermitaños.
La mejor prevención es actuar rápidamente cuando hay un brote en el jardín de infantes o la escuela. Si notan piojos en sus niños, los padres deben alertar cuanto antes a los maestros.
Estos pequeños chupasangres no siempre se hacen notar generando picazón. De hecho, los niños que se ven afectados por primera vez no suelen sentir la reacción a las mordidas hasta una o dos semanas más tarde. Es en ese periodo cuando la mayoría se contagia de los piojos. Para quitarlos, hay que usar después del lavado del cabello un producto especial que los fija –es decir, que no les permite moverse más– y pasar luego un peine fino mechón por mechón. El peine se debe ir “descargando” entre pasada y pasada en un paño.
Es decir, lo mejor es combinar dos métodos: uso de un pediculicida y pasar el peine fino. Primero hay que tratar el cabello con un champú o espray contra los piojos.
De esta forma, los niños pueden volver a la escuela al otro día. Sin embargo, las liendres –los huevos que pone el piojo– suelen quedar pegadas al cabello y sobreviven al primer tratamiento. Por eso es necesario repetirlo entre ocho y diez días después, cuando hayan nacido las larvas. Adicionalmente, debería peinarse el pelo embebido en loción con un peine fino cuatro veces más, cada cuatro días.
Los especialistas advierten que la aparición de piojos no debe motivar ataques de limpieza. Los piojos no sobreviven más de 55 horas fuera de la cabeza. No se transmiten por el aire (saltando) y es poco probable que lo hagan a través de la ropa, las sábanas o los peluches. (I)