Visiones de Guayaquil
Consumo de energía en Guayaquil
“Guayaquil ha crecido bajo la tutela de modelos urbanos ajenos a nuestra realidad geográfica y cultural. Las consecuencias son actualmente las mismas que padecen todas las ciudades cuyo paradigma ha sido el crecimiento físico y demográfico galopante y carente de conciencia ambiental: elevados consumos de energía, directamente proporcionales a los niveles de contaminación y que hoy en día ha provocado una crisis ambiental a nivel universal.
En nuestra ciudad, por ejemplo, son cada vez más comunes los rascacielos de fachadas acristaladas que provocan un alto consumo de energía en climatización y que aun así, no logran satisfacer con eficiencia las necesidades de confort de los usuarios. Este caso, al igual que muchos más, expresan la cultura de derroche energético que nos caracteriza y que nos concierne a todos, ya que esta situación no solo implica efectos negativos contra el medio ambiente en el cual vivimos, sino que también genera altos costos económicos que debemos pagar.
Los países industrializados que son los principales agentes contaminantes mundiales han reaccionado y han tomado la iniciativa a favor de la eficiencia energética mediante la investigación y aplicación de medidas destinadas a hacer un uso racional y “limpio” de la energía. En Guayaquil, una ciudad siempre atenta al acontecer diario del mundo moderno, este tema recién comienza a difundirse, sin embargo, es ahora el momento en que deben generarse las acciones que permitan establecer este cambio.*
Una manzana con mucha historia

La propiedad, que hoy pertenece a la familia Peña Mateus, estaría en la esquina sureste de Malecón y Aguirre, frente a la Gobernación. Foto de alrededor de 1940.
“La manzana comprendida entre las calles Aguirre, Malecón, Illingworth y Pichincha encierra muchas historias que contar, pero entre las más importantes es que en ella, específicamente en la calle Malecón 161, empezó el incendio del 5-6 de octubre de 1896 que consumió gran parte de la ciudad, desde allí hasta el norte, incluida la calle Numa Pompilio Llona, y destruyó también la Cervecería.
Desde 1738 estuvo allí ubicado el hospital de la ciudad llamado entonces San Juan de Dios, hasta que por su vetustez fue trasladado en 1823 al Hospital de Mujeres (antiguo Asilo Mann). Se levantó allí entonces la llamada Casa de San Juan de Dios, cuyos arriendos permitieron mantener al hospital ya trasladado. Posteriormente (1834) la Casa fue adquirida por don Juan Francisco Icaza, quien en 1840 le vendió un lote a don José Mateus y opinamos –sin haber hecho un estudio comparativo exhaustivo en el Registro de la Propiedad– que es una de las propiedades urbanas de Guayaquil con más tiempo en poder de la misma familia (171 años), pues hoy en día continúa en posesión de los descendientes del señor Mateus, los Peña Mateus.
Se destaca actualmente en esta manzana el edificio de la Compañía de Seguros Sul América, construido en 1949 y ubicado en la esquina noreste. E
Fuente: Arq. Antonieta Palacios/Cecilia Estrada de Ycaza, publicado en la Guía Histórica de Guayaquil, de Julio Estrada Ycaza, tomo IV, pág. 359.
“Guayaquil ha crecido bajo la tutela de modelos urbanos ajenos a nuestra realidad geográfica y cultural. Las consecuencias son actualmente las mismas que padecen todas las ciudades cuyo paradigma ha sido el crecimiento físico y demográfico galopante y carente de conciencia ambiental: elevados consumos de energía, directamente proporcionales a los niveles de contaminación y que hoy en día ha provocado una crisis ambiental a nivel universal.
En nuestra ciudad, por ejemplo, son cada vez más comunes los rascacielos de fachadas acristaladas que provocan un alto consumo de energía en climatización y que aun así, no logran satisfacer con eficiencia las necesidades de confort de los usuarios. Este caso, al igual que muchos más, expresan la cultura de derroche energético que nos caracteriza y que nos concierne a todos, ya que esta situación no solo implica efectos negativos contra el medio ambiente en el cual vivimos, sino que también genera altos costos económicos que debemos pagar.
Los países industrializados que son los principales agentes contaminantes mundiales han reaccionado y han tomado la iniciativa a favor de la eficiencia energética mediante la investigación y aplicación de medidas destinadas a hacer un uso racional y “limpio” de la energía. En Guayaquil, una ciudad siempre atenta al acontecer diario del mundo moderno, este tema recién comienza a difundirse, sin embargo, es ahora el momento en que deben generarse las acciones que permitan establecer este cambio.*
Una manzana con mucha historia

La propiedad, que hoy pertenece a la familia Peña Mateus, estaría en la esquina sureste de Malecón y Aguirre, frente a la Gobernación. Foto de alrededor de 1940.
Desde 1738 estuvo allí ubicado el hospital de la ciudad llamado entonces San Juan de Dios, hasta que por su vetustez fue trasladado en 1823 al Hospital de Mujeres (antiguo Asilo Mann). Se levantó allí entonces la llamada Casa de San Juan de Dios, cuyos arriendos permitieron mantener al hospital ya trasladado. Posteriormente (1834) la Casa fue adquirida por don Juan Francisco Icaza, quien en 1840 le vendió un lote a don José Mateus y opinamos –sin haber hecho un estudio comparativo exhaustivo en el Registro de la Propiedad– que es una de las propiedades urbanas de Guayaquil con más tiempo en poder de la misma familia (171 años), pues hoy en día continúa en posesión de los descendientes del señor Mateus, los Peña Mateus.
Se destaca actualmente en esta manzana el edificio de la Compañía de Seguros Sul América, construido en 1949 y ubicado en la esquina noreste. E
Fuente: Arq. Antonieta Palacios/Cecilia Estrada de Ycaza, publicado en la Guía Histórica de Guayaquil, de Julio Estrada Ycaza, tomo IV, pág. 359.