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E especial

Nuevas visiones educativas
El uso de plataformas virtuales, sin dejar de lado los libros; los métodos de enseñanza en los que se motiva el razonamiento del niño y el desarrollo de su creatividad son bases de un nuevo sistema educativo.
Colegio SEK - AULAS TECNOLÓGICAS
Once y media de la mañana. El profesor de computación del Colegio SEK de Guayaquil, Jim Game, ordena a sus alumnos de séptimo año de básica que entren al “Moodle” para revisar los deberes, además pide un voluntario para que realice en la pizarra táctil un ejercicio.
No tardaron ni dos minutos que los niños accedieron a la plataforma virtual (Moodle) desde sus computadoras. Una niña fue elegida para salir al pizarrón. El profesor, mientras tanto, utilizando su Mimio Pad (control para manejar información que se muestra en la pizarra táctil), abrió el ejercicio que la alumna iba a realizar.
En la actualidad, tres son las herramientas tecnológicas que posee el Colegio SEK para dinamizar sus clases y poner en contacto a los estudiantes con la tecnología. Al Moodle se accede a través de la página Web (http://cursoonline.sek.net). Profesores, alumnos y padres de familia tienen su usuario y contraseña. En ella se encuentra información virtual de las diferentes materias que se imparten, calificaciones, tareas on-line, cargador de deberes, información, foros, encuestas, entre otras. Incluso, tiene una red social interna propia.
La pizarra táctil es una de la más sofisticadas. Todo lo que se proyecta puede activarse con un solo toque.
Según el profesor Jim Game, entre los beneficios pedagógicos que tienen estas herramientas es que “se logra la atención más rápida del alumno, la comunicación es directa, además que mejoran su rendimiento”. Lo han comprobado.

La clave es combinar la tecnología con el aprendizaje. Aunque usan estas herramientas, la principal fuente de información siguen siendo los libros.


Instituto Particular Abdón Calderón - FILOSOFÍA PARA NIÑOS

Desde hace diez años este instituto ha puesto en práctica el programa Filosofía para Niños (FPN), porque ayuda a los alumnos a desarrollar la creatividad, el pensamiento crítico y a fortalecer la capacidad para resolver sus problemas. Sobre todo, aprenden a buscar alternativas diferentes y originales a situaciones imprevistas bajo un marco de respeto a las diferencias individuales y opiniones de cada estudiante.
Según Guiomar García, directora académica del IPAC, lo interesante del programa es que los maestros pasan a ser mediadores y observadores del crecimiento intelectual de los niños entre 5 a 12 años. Ellos participan y trabajan en grupo para encontrar las respuestas que necesitan para superar cada actividad.
“Es una clase puramente activa y creativa porque es el alumno el que construye su propio aprendizaje, apoyándose en la opinión y conocimientos de los demás”.
Otro programa que ponen en práctica es el proyecto lúdico en inglés, con niños de 5 a 8 años. Lo realizan todos los viernes con las respectivas materias de este idioma, pero sin usar cuadernos. Ellos lo practican durante la semana mediante juegos, obras de teatro y exposiciones.
“El estar en una clase más relajada los chicos se sienten más seguros para expresarse en inglés y no sienten temor de equivocarse”. Este sistema también favorece al aprendizaje de expresiones idiomáticas, al aumento de su vocabulario muy necesario para conversar, competir, comunicar y, sobre todo, para aplicarlo en situaciones de la vida diaria y crear lazos de amistad.

Liceo los andes CONSTRUYENDO CONOCIMIENTOS

Convertir el aprendizaje en una divertida aventura para sus estudiantes es el principal objetivo en esta institución. “Si el aprendizaje es memorizar, entonces aprender es aburrido. Si el aprendizaje se trata de construir y hacerme mi propia idea de las cosas, entonces pasa a ser una superaventura”, explica María Ortega, coordinadora pedagógica del Liceo Los Andes.
Bajo este parámetro se dirige la enseñanza de cada una de las materias que reciben sus estudiantes. “Siempre trabajamos todo desde lo particular hacia lo general. La idea es que cada niño vaya construyendo su propio aprendizaje. No les enseñamos a sumar sino que los exponemos a un material y les hacemos preguntas que los lleven a que ellos descubran cómo sumar”, cuenta ella.
Con este método, se persigue que los niños sientan como propios los conocimientos que adquieren y no los olviden. “Si yo aprendo lo que tú me enseñas, entonces es tuyo y yo me lo estoy quedando. Pero si yo lo construyo, si yo lo hago, si yo lo palpo, si yo me doy cuenta de lo que es, entonces no se me va a olvidar. Porque no lo aprendí porque tú me lo dijiste, sino porque yo lo descubrí”, añade.
También asegura que el aprendizaje memorístico está cada vez más en desuso ya que no contribuye a desarrollar las otras habilidades mentales en los niños. “Si bien la memoria es muy útil a corto plazo, no crea verdaderos aprendizajes”.
Toda enseñanza debe tener una doble entrada: lo que tú aprendes en contenido debe estimularte a pensar mejor, pero el aprendizaje memorístico estimula la memoria pero no estimula las otras actividades mentales. “No te estimula a ser crítico, a seleccionar qué te sirve y qué no te sirve, a ser creativo”, explica.