la revista
 

E especial

George Varela, Beatriz y su hija Diana en la cocina de su casa.

Cocinerías
Hamburguesas para Beatriz

“Cuando éramos novios, Beatriz me invitaba a los ‘domingos de hamburguesa’ que hacían en su familia: el papá, la mamá, los hermanos. Todos se juntaban y preparaban hamburguesas caseras. Cuando nos hicimos vegetarianos, Beatriz quería comer también y empezó a inventarse masas ‘dizque’ de hamburguesas que nunca funcionaban: algunas se desparramaban al cocinarlas, otras al servirse y ella siempre acababa frustrada. Cuando se embarazó estaba tan antojada de hamburguesa que se puso imposible ¡me tenía buscando hamburguesas vegetarianas por todo Guayaquil! Entonces empecé a crear masas inspirándome en lo que cocinaba mi mamá, pensé también en pollo broastizado y me puse a mezclar ingredientes. Cuando le brindé este nuevo invento, me dijo feliz: ¡Esto sí me sabe a hamburguesa! Ella le agregó otros ingredientes para que tenga más proteína y cuando les pusimos nombre quedaron como las hamburguesas de El Papi, en honor a mí y a su papá que también es un maestro haciendo hamburguesas”, George Varela.pE

Invasión de cangrejos


Mónica Cabrera y su sobrino José Gabriel aprendiendo a cocinar.
“Cuando empecé a enviar cangrejos a domicilio los primeros pedidos eran pequeños, 1 o 2 atados, así que cocinaba en mi casa. Poco a poco la demanda fue creciendo a 4 o 5 atados. Luego 1 y 2 planchas... y yo seguía en mi casa. Hasta que un día tuve un pedido de 4 planchas (unos 200 cangrejos). Para mi cocina casera eso era demasiado, así que se me ocurrió colocar todos los cangrejos en la tina del baño (era, según yo, el mejor lugar). Los coloqué ahí y los solté a TODOS... esos animales se volvieron locos, agarraron poder y empezaron a salirse por los bordes, yo luchaba contra ellos para regresarlos, pero eran demasiados. Al final tuve que solicitar ayuda. Según yo, lo tenía todo bajo control, pero dos días después aún encontraba cangrejos en el clóset, bajo la cama y hasta debajo de los muebles”, narra Mónica
Cabrera. pE.

Dulce comienzo


Silvia López en su local de pastelería.
“ Comencé a hacer tortas y todo tipo de dulces desde que tenía 8 años. Incluso una de mis tortas más vendidas actualmente, la preparo desde pequeña. Cuando crecí, la familia y amigos cercanos me empezaron a pedir que les venda tortas bajo pedido. Así que empecé a hacerlas en casa, compartiendo la cocina con las tareas domésticas habituales.
Recuerdo que una de mis primeras tortas para la venta sufrió un accidente. Esperé a que desocuparan la cocina, preparé la torta y al terminar la coloqué sobre la mesa para esperar a que la pasen retirando. Más o menos media hora antes de la hora de entrega escucho un grito desgarrador... ‘¡Silvia, la torta!’... seguido de un ‘¡la Trixie se la comió!’. Salí corriendo y comprobé que Trixie, la perrita de la casa, había entrado a la cocina, se había trepado a la mesa y se había devorado media torta. No sabía si ponerme a llorar, no sabía a quién culpar. Rápidamente tuve que llamar a la cliente, decirle que había tenido un contratiempo y me disculpara, que todavía no iba a estar listo su pedido y enseguida me puse a preparar otro pastel”, indica Silvia López. pE